Jenny Rees,

recepcionista del aeropuerto londinense de Heathrow, fue una de las personas que presenció el insólito es pectáculo desarrollado el pasado sábado en la terminal de la capital británica. Ante los ojos de numerosos viajeros, muchos de los cuales llegaron a abandonar sus maletas, informa Andrés Ortega, una pareja de jóvenes se puso a hacer el amor en una de los pasillos rodantes que conectan a la terminal tres. Una muchacha rubia esperaba a su novio que llegaba de Nueva York. No pudiendo, sin duda, contener su entusiasmo ante el esperado encuentro, la pareja se desbordó en agasajos sexu...

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recepcionista del aeropuerto londinense de Heathrow, fue una de las personas que presenció el insólito es pectáculo desarrollado el pasado sábado en la terminal de la capital británica. Ante los ojos de numerosos viajeros, muchos de los cuales llegaron a abandonar sus maletas, informa Andrés Ortega, una pareja de jóvenes se puso a hacer el amor en una de los pasillos rodantes que conectan a la terminal tres. Una muchacha rubia esperaba a su novio que llegaba de Nueva York. No pudiendo, sin duda, contener su entusiasmo ante el esperado encuentro, la pareja se desbordó en agasajos sexuales. Siete minutos y medio -bastante calurosos- duró la operación, interrumpida por la corta pausa del paso entre dos de los pasillos rodantes. Terminado su ajetreado tránsito por el aeropuerto londinense, la pareja tomó un avión con destino a París. Jenny Rees, que presenció el espectáculo desde su puesto de trabajo de recepcionista, señaló que "estuvo lleno de acción apasionada".

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