Tribuna:TRIBUNA LIBRE

En busca de soluciones

En la problemática planteada entre Televisión Española y la Real Federación Española de Atletismo con motivo de la retransmisión del IX Campeonato del Mundo de Cross, a celebrar, como es sabido,' el próximo día 28 de marzo en el hipódromo de la Zarzuela, de Madrid, quiero resumir con una doble aspiración, facilitar de una parte una información objetiva y realista y apurar una posibilidad más de que Televisión Española reconsidere su postura. Esta y el público en general son mis interlocutores.Nadie pone en tela de juicio que el Campeonato Mundial de Cross a escala mundial es un acontecimiento ...

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En la problemática planteada entre Televisión Española y la Real Federación Española de Atletismo con motivo de la retransmisión del IX Campeonato del Mundo de Cross, a celebrar, como es sabido,' el próximo día 28 de marzo en el hipódromo de la Zarzuela, de Madrid, quiero resumir con una doble aspiración, facilitar de una parte una información objetiva y realista y apurar una posibilidad más de que Televisión Española reconsidere su postura. Esta y el público en general son mis interlocutores.Nadie pone en tela de juicio que el Campeonato Mundial de Cross a escala mundial es un acontecimiento excepcional, que trasciende más allá de la limitada esfera del atletismo.

Ver 350 hombres, de entre los mejores del mundo, corriendo doce kilómetros es un espectáculo de por sí que atrae a cualquiera. Sumando a ello el papel que a España corresponde, tanto en el orden organizativo como el de una participaci6n activa que pueda ser brillante en la confrontación con los, al menos, ya 38 países inscritos, la ocasión merece ser tenida por trascendental en cualquier concepto público. ¿Que por qué repito algo tan notorio como sabido? Porque precisamente en ello está el motivo de que la Federación Española de Atletismo no se conforme con un billete de segunda clase en el viaje que se le ha impuesto, porque tenemos que aclarar que la Federación Española no solicitó este campeonato del mundo, sino, que la Federación Internacional fue la que se lo adjudicó en un orden establecido, ya impuesto con anterioridad. Quiéralo o no, la Federación tiene el deber de estar a la altura de la obligación que le viene impuesta por naturaleza. Su deber es abrir al deporte español, en la ocasión que brinda el atletismo a la atención del mundo entero, como partícipe de primera fila en la comunidad internacional, y ello, ineludiblemente, tiene que hacerlo con representatividad de equivalente dignidad. Porque conste, y los números cantan, que con televisión o sin ella la competición podría celebrarse, pero en términos compa rativos poco favorables para nuestro país. Recuerdo que en el VIII Campeonato del Mundo de Cross, celebrado en París, hasta la Televisión, japonesa, entre otras doce más, hizo notable acto de presencia.

Salir de la monotonía o habitual a lo nuevo y excepcional siempre es grato a la naturaleza humana. Interrumpir por 35 minutos un concurso de los bailarines aficionados, grabado íntegramente, proyectable a discreción, por la retransmisión en vivo, en directo, del esfuerzo de unos campeones olímpicos y récordmans mundiales en acción, nos parece dilema difícil de resolver.

Como a la Federación le ocurre, no creemos que Televisión Española anteponga ninguna apetencia de carácter económico al e buen servicio del público que una y n otra tenemos encomendado, Atribuimos sus objeciones a nuestra pretensión al hecho de que no han otorgado a este Campeonato del Mundo de Cross la verdadera importancia que tiene, y de ello que yo insista el deseo de convencerles para que reconsideren su postura) se esfuercen en soslayar las dificultades que puedan encontrar para conceder esos 35 minutos de retransmisión en directo por la primera cadena, y no por la segunda, como nos ofrecen, y que privaría a un 42% de nuestra población de presenciar la prueba, sabido además que un 20% de esa proporción no lo verían en condiciones óptimas. Cierto que en ello soy abrumadoramente insistente. Desde principios del año pasado estoy tratando con las personas más representativas de Televisión y del deporte español para conseguir nuestros objetivos. En las últimas he encontrado un unánime apoyo a mi postura, pero sin que su intervención haya podido resultar hasta el momento práctica.

Quiero asimismo aclarar una vez más que, pese a lo que se diga, tengo la conciencia muy tranquila al afirmar que la posición de la Federación Española es fundamentalmente por la defensa del prestigio y el respeto al atletismo, pues entendemos, y lo creemos honradamente, que es el deporte olímpico número uno; deporte que, al igual que en otros países, debía haber sido declarado, ya hace mucho tiempo de utilidad pública, pues es indudable que es altamente formativo.

Por supuesto que el no televisar esos 35 minutos en el canal primero causaría perjuicios económicos, pero no debe afirmarse con gratuidad que fue una falta de previsión de la Federación Española, ya que delante de numerosos testigos, personas de gran relevancia para dar motivos de credibilidad, aseguraron a sus directivos que no veían ningún problema con sus planteamientos.

De cualquier manera, lo que síes un hecho cierto -quizá una vez más, peque de optimista- es que pienso que al final se podrán solucionar las cosas y quien verdaderamente saldrá ganando es el que debe ganar: el deporte español.

Juan Manuel de Hoz es presidente de la Federación Española de Atletismo.

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