Joven de 21 años muere en Vallecas por una sobredosis de droga

Un hombre de veintiún años murió anteayer, en el retrete de un bar situado en el barrio de Vallecas, por efecto de una sobredosis de drogas. Cuando su cuerpo fue retirado por la policía aún tenía clavada en el brazo una aguja hipodérmica con una jeringuilla adosada. Poco después, los agentes encontraban otras dos jeringuillas entre sus ropas. Se llamaba José Carlos Moreira y estaba conceptuado por la policía como delincuente contra la propiedad.El dueño del bar Jiménez, en la calle Uno, número 29, de Palomeras, telefoneó al 091, a última hora de la tarde de anteayer, para avisar de que en el r...

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Un hombre de veintiún años murió anteayer, en el retrete de un bar situado en el barrio de Vallecas, por efecto de una sobredosis de drogas. Cuando su cuerpo fue retirado por la policía aún tenía clavada en el brazo una aguja hipodérmica con una jeringuilla adosada. Poco después, los agentes encontraban otras dos jeringuillas entre sus ropas. Se llamaba José Carlos Moreira y estaba conceptuado por la policía como delincuente contra la propiedad.El dueño del bar Jiménez, en la calle Uno, número 29, de Palomeras, telefoneó al 091, a última hora de la tarde de anteayer, para avisar de que en el retrete de su establecimiento había un joven caído.

Lugar frecuentado por jóvenes

No hay señales sobre el nombre del bar en el exterior, alguien ha roto las piezas de un rótulo mural y ha reducido el título a los bastidores. La existencia de máquinas electrónicas de juego y la de un tocadiscos bordeado por un long play de Bob Dylan, indican que el local es frecuentado por gente joven, sobre todo a ciertas horas. A media mañana también acude a él una abigarrada clientela, de la que forman parte jubilados residentes en la zona. Desde el interior, y a través de las lunas de vidrio se alcanza a ver la avenida que limita con el graderío o trasero del estadio del Rayo Vallecano.

Poco antes de las ocho de la noche de anteayer, el dueño, del, bar pidió la presencia de un coche patrulla. Al parecer, un muchacho estaba herido o enfermo en el retrete. El había forzado la puerta una vez avisado de que el joven tardaba en salir, pero el cuerpo obstruía la entrada y era aconsejable la asistencia policial.

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Casi inmediatamente llegaron los policías. Cuando lograron abrir totalmente la puerta comprobaron que, en efecto, había un hombre caído. En una rápida inspección comprobaron que tenía una jeringuilla aplicada a la cara interna de un antebrazo. Entre las ropas encontraron otras dos jeringillas. Alguien creyó apreciar en el muchacho algunos ligeros indicios de vida, así que fue trasladado urgentemente al equipo quirúrgico de Vallecas. Poco después de las ocho de la noche los médicos de guardia certificaron que había muerto a consecuencia de una sobredosis de droga.

La consulta de los archivos policiales dio el siguiente resultado: José Carlos Moreira Martín, de veintiún años, conceptuado como delincuente habitual contra la propiedad, había sido asistido, en octubre de 1980, de intoxicación medicamentosa.

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