Poco personal y escasas medidas de seguridad

Según el director de la Biblioteca Nacional, Hipólito Escolar, los robos de libros modernos son muy frecuentes «en esta y en otras bibliotecas», y los de piezas valiosas, «muy infrecuentes, en realidad». En todo caso, se acepta una distinción entre las sustracciones por categorías. «Está, por una parte, el robo de revistas o libros modernos por parte de estudiantes que eventualmente los necesitan; es muy frecuente que, con posterioridad a su uso, sean devueltos de modo más o menos directo. Estas piezas son perfectamente reemplazables y su pérdida momentánea no puede ser considerada como grave»...

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Según el director de la Biblioteca Nacional, Hipólito Escolar, los robos de libros modernos son muy frecuentes «en esta y en otras bibliotecas», y los de piezas valiosas, «muy infrecuentes, en realidad». En todo caso, se acepta una distinción entre las sustracciones por categorías. «Está, por una parte, el robo de revistas o libros modernos por parte de estudiantes que eventualmente los necesitan; es muy frecuente que, con posterioridad a su uso, sean devueltos de modo más o menos directo. Estas piezas son perfectamente reemplazables y su pérdida momentánea no puede ser considerada como grave».«Otra cosa es el robo de piezas antiguas. La Biblioteca exige unas ficha a los lectores o consultantes. Cuando los usuarios son investigadores o expertos y solicitan documentos valiosos, se les somete a una vigilancia especial. No obstante, el robo de estos mapas, que puede considerarse un hecho muy infrecuente, ha sido posible por dos razones: el presunto autor había falsificado su carné de identidad y además era un perfecto conocedor del material que pensaba sustraer».

«El sistema que empleó fue el siguiente: dedicó de dos a tres meses a buscar los mapas que buscaba, cortó las hojas con una cuchilla de afeitar y los ocultó debajo de la camisa. En la puerta de salida controlamos los bolsos, pero consiguió sacar los mapas. A pesar de ello y de que su nombre era falso, disponíamos de su fotografía, que naturalmente era auténtica. Finalmente, las gestiones policiales y de nuestra Embajada en Alemania han permitido rescatar las piezas, que ahora están todavía a disposición del juez».

«Hay que decir que hemos solicitado la instalación de un sistema de televisión para extremar la vigilancia; el asunto está en fase administrativa. Hay que decir también que en esta Biblioteca, que cuenta aproximadamente con un 10% del personal que necesitaría, sirve a diario de 6.000 a 7.000 libros, con unos tres millones de hojas. Resulta imposible vigilarlas todas, con nuestras disponibilidades actuales».

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