Valencia y Barcelona brindaron un gran espectáculo

Valencia y Barcelona hicieron algo tan fácil, pero que resulta tan difícil, que es recordar lo bonito que es el fútbol cuando éste se juega como lo hicieron valencianos y barceloneses el domingo en el Luis Casanova, especialmente en lo que se refiere a la primera mitad. Hizo más y mejor el Valencia y, quizá, en un caso hipotético, debió de terminar ahí el encuentro.Empezó el Valencia como con prisas, pero éstas se tradujeron en rapidez y precisión. Casi siempre jugó al primer toque, y Sus desplazamientos, tanlo con balón como sin él, le permitían plantarse en la meta de Artola en pocos segundo...

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Valencia y Barcelona hicieron algo tan fácil, pero que resulta tan difícil, que es recordar lo bonito que es el fútbol cuando éste se juega como lo hicieron valencianos y barceloneses el domingo en el Luis Casanova, especialmente en lo que se refiere a la primera mitad. Hizo más y mejor el Valencia y, quizá, en un caso hipotético, debió de terminar ahí el encuentro.Empezó el Valencia como con prisas, pero éstas se tradujeron en rapidez y precisión. Casi siempre jugó al primer toque, y Sus desplazamientos, tanlo con balón como sin él, le permitían plantarse en la meta de Artola en pocos segundos. Arias se encargaba de sacar los balones, Solsona de encauzarlos y Felman y Morena creaban serias complicaciones a la defensa azulgrana.

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El Barcelona contraatacó con fuerza. Schuster fue quien canalizó el juego en el centro del campo. Helenio Herrera tenía la obsesión de Solsona y puso a Esteban como sombra suya. Lo siguió a todas partes, pese a lo que el valencianista hizo jugadas de gran clase, entre ellas la del tercer gol. No obstante, hay que poner buena nota a Esteban en esta labor. Además, el azulgrana intervino en los tres goles de su equipo, en parte por culpa del propio Solsona, que, .encargado de marcarlo, lo dejó siempre suelto.

Los ataques fueron siempre mejor que las defensas, entre otras cosas, porque no hubo grandes brusquedades y se dejó jugar. Una sola tarjeta amarilla es un buen índice de lo espectacular que puede resultar el fútbol si no se cortan las iniciativas con patadas. Una gran tarde de fútbol protagonizada por los dos equipos.

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