Baloncesto

El Estudiantes pasó la reválida

El Estudiantes aprobó la reválida que tenía planteada, al igual que su rival el Cotonificio, con una puntuacion más que suficiente. No es que brillase mucho, pero supo hacer el examen con eficacia y mad urez, que no estuvieron exentas de calidad.El Cotonificio no llegó casi nunca a ser quien es por culpa quizá de que Costa no rayó a su altura y en general, salvo Cuesta, que cumplió y rindió a satisfacción, el resto del equipo no tuvo nada que ver con el que tantas hazañas ha logrado en esta competición. La excepciónsobre todos fue Schrader, bien en defensa y eficaz en ataque.

El Estudia...

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El Estudiantes aprobó la reválida que tenía planteada, al igual que su rival el Cotonificio, con una puntuacion más que suficiente. No es que brillase mucho, pero supo hacer el examen con eficacia y mad urez, que no estuvieron exentas de calidad.El Cotonificio no llegó casi nunca a ser quien es por culpa quizá de que Costa no rayó a su altura y en general, salvo Cuesta, que cumplió y rindió a satisfacción, el resto del equipo no tuvo nada que ver con el que tantas hazañas ha logrado en esta competición. La excepciónsobre todos fue Schrader, bien en defensa y eficaz en ataque.

El Estudiantes siguió su buena línea, pese a que también cometió errores, tanto en el tiro como en los pases. Ocurre que el equipo de Codina se asienta en una buena base y de ahí que al final, como los cimientos eran buenos, saliera adelante, porque antes o después el edificio tendría que salir. En este Estudiantes cadajugador sabe bien lo que quiere y lo que tiene que hacer. Gil cada vez acepta mejor lo de jugar para el equipo, que es la tarea idónea de un base.

Todo ello basado en un Fernando Martín que sube como la espuma, quizá para acrecentar la polémica de su traspaso, y un Jones que nunca defrauda y es un firme baluarte para el equipo.

Con estas armas es difícil que el Estudiantes no pudiera ganar. Se puede decir que de no influir alguna circunstancia extraña, cada vez parece más cerca de aguantar su ritmo, por el que nadie apostaba al empezar la temporada.

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