Miret Magdalena, suspenso

En EL PAIS de II de noviembre, Miret Magdalena, con el título «La verdadera historia del divorcio», intenta exponer la doctrina católica sobre la disolución del matrimonio canónico. Por muchas razones no voy a entrar en polémica con el autor de ese escrito, ni creo que sea un periódico el lugar más apto para ello. Pero para que -al menos en mi caso- no se pueda aplicar el principio de que «quien calla, otorga», deseo manifestar mi radical disentimiento de que sea esa la «verdadera» historia del divorcio vincular en lo que se refiere a la doctrina y praxis canónica. Lo que en ese escrito se afi...

En EL PAIS de II de noviembre, Miret Magdalena, con el título «La verdadera historia del divorcio», intenta exponer la doctrina católica sobre la disolución del matrimonio canónico. Por muchas razones no voy a entrar en polémica con el autor de ese escrito, ni creo que sea un periódico el lugar más apto para ello. Pero para que -al menos en mi caso- no se pueda aplicar el principio de que «quien calla, otorga», deseo manifestar mi radical disentimiento de que sea esa la «verdadera» historia del divorcio vincular en lo que se refiere a la doctrina y praxis canónica. Lo que en ese escrito se afirma no es aceptable ni como vulgarización existente un elemental análisis medianamente científico.Sin entrar en ningún juicio de intenciones, lo menos que puede decirse de ese escrito es que resulta una evidente muestra de audacia, a las que tan acostumbrados nos tiene su autor, al escribir sobre un tema tan delicado y difícil sin más apoyaturas que la lectura de unas monografías totalmente superadas y confundiendo lamentablemente lo que no son sino hipótesis de trabajo con conclusiones científicas ciertas. Y, desde luego, si cualquier alumno mío en la facultad de Derecho me diese la explicación que él da del privilegio paulino y del privilegio de la fe se encontraría justamente con un suspenso en su papeleta de examen./

Profesor de Derecho Canónico en la Universidad de Comillas.