El nombre de la semana

Le han llamado de todo, bien sabe Dios que posiblemente con buena intención... política. Le han acusado de todo, le han culpado de todo, le han hecho protagonista de todo. Por acusarle le han acusado de ser amigo del presidente Suárez, como si la amistad, manes de la democracia, se hubiera convertido en un pecado.Fernando Abril ha aparecido en letras de molde durante la última semana más que ningún otro personaje de cualquiera de las ramas mundano-sociales y políticas de este país.

Ni los dieciséis tiburones de Suárez ni la spanish-conections del drama de Bolonia han sido motivo ...

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Le han llamado de todo, bien sabe Dios que posiblemente con buena intención... política. Le han acusado de todo, le han culpado de todo, le han hecho protagonista de todo. Por acusarle le han acusado de ser amigo del presidente Suárez, como si la amistad, manes de la democracia, se hubiera convertido en un pecado.Fernando Abril ha aparecido en letras de molde durante la última semana más que ningún otro personaje de cualquiera de las ramas mundano-sociales y políticas de este país.

Ni los dieciséis tiburones de Suárez ni la spanish-conections del drama de Bolonia han sido motivo para que los informadores, los comentaristas, los augures y adivinos, los nostálgicos o los malaúvas, todo el amplio espectro que ha analizado el tema, se haya fijado en otra cosa que en el deshoje de la margarita de Abril.

¿Se queda, se va, cambia de poltrona, se aburre, se enfada, se escribe con Suárez, se han devuelto las fotografías? Toda la información nacional se ha hecho prensa del corazón y analiza con claro rigor si el matrimonio Abril veranea o no con el matrimonio Suárez y lo que eso significa.

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El país, perplejo, atiende y escucha, recordando aquellos tiempos en los que lo más importante de la información política, lo que tenía en vilo a los ciudadanos, era si la explosión de la primera escopeta nacional propiciaría o no un cambio de régimen. El caso es estar siempre cambiando algo.

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