Aumenta la participación española en los mercados internacionales

Los activos exteriores o inversiones de la banca española, la mayor parte constituidos en moneda extranjera, totalizaban al terminar el año pasado 10.300 millones de dólares (unos 700.000 millones de pesetas), frente a saldos de 7.100 y 4.500 millones de dólares al finalizar 1978 y 1977, según datos del Banco de España conocidos por Europa Press.Ello supone que los activos de la banca española frente a no residentes se incrementaron en los años inmediatamente anteriores a tasas del 59% y 27%, respectivamente. Estos ritmos de crecimiento son muy superiores a los de la banca europea, y se han tr...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Los activos exteriores o inversiones de la banca española, la mayor parte constituidos en moneda extranjera, totalizaban al terminar el año pasado 10.300 millones de dólares (unos 700.000 millones de pesetas), frente a saldos de 7.100 y 4.500 millones de dólares al finalizar 1978 y 1977, según datos del Banco de España conocidos por Europa Press.Ello supone que los activos de la banca española frente a no residentes se incrementaron en los años inmediatamente anteriores a tasas del 59% y 27%, respectivamente. Estos ritmos de crecimiento son muy superiores a los de la banca europea, y se han traducido, por tanto, en un continuo aumento de la participación de la banca española en los mercados internacionales.

En cuanto a los pasivos u origen de los fondos exteriores de la banca española, al terminar el año pasado se situaron en 19.200 millones de dólares, es decir, 6.900 más que los activos. De ellos, 2.300 estaban denominados en pesetas.

La captación de recursos exteriores por la banca española ha crecido también a tasas muy elevadas, que se han situado los últimos años entre el 30% y el 40% anual. Ha aumentado ligeramente en el último año la participación en el pasivo total de los denominados en moneda extranjera respecto a los cifrados en pesetas.

Tanto en el caso de las operaciones activas como en las de pasivo, los aumentos superan con largueza sus equivalentes en España, que en ningún caso se sitúan por encima del 20%.

Archivado En