Defender la libertad, defender la democracia

"Defender la Constitución" y, dijo recientemente el profesor Manuel García-Pelayo, presidente del Tribunal Constitucional, «equivale a defender las libertades de los ciudadanos y defender las libertades de los ciudadanos equivale a defender la Constitución». La afirmación no es una mera frase construida con mayor o menor fortuna, sino un principio que ha de servir de soporte a todo el edificio jurídico-político. Libertad, Constitución y democracia son tres caras de una misma moneda indivisible.Cuando defendemos la necesaria libertad para ejercer eficazmente nuestra profesión no obedecemos sola...

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"Defender la Constitución" y, dijo recientemente el profesor Manuel García-Pelayo, presidente del Tribunal Constitucional, «equivale a defender las libertades de los ciudadanos y defender las libertades de los ciudadanos equivale a defender la Constitución». La afirmación no es una mera frase construida con mayor o menor fortuna, sino un principio que ha de servir de soporte a todo el edificio jurídico-político. Libertad, Constitución y democracia son tres caras de una misma moneda indivisible.Cuando defendemos la necesaria libertad para ejercer eficazmente nuestra profesión no obedecemos solamente a estímulos personales y egoístas, sino que estamos velando también por la salud de la vida comunitaria. Sobre todo si aspiramos sinceramente a que el sistema político sea realmente democrático y afrontamos esta elección con todos los riesgos y ventajas que comporta.

Hay quien sospecha que cuando nos irritamos ante la condena severa que recae sobre un compañero por un delito, relacionado con la libertad de expresión o denunciamos decisiones administrativas e interferencias de los poderes fácticos que coartan la libertad, actuamos por razón de afinidad o en defensa exclusiva de los intereses profesionales. No cabe duda que, en virtud de nuestra profesión, tenemos un conocimiento más directo y vivo de la dimensión real de estos problemas, que sentimos más que nadie las mordazas y nos duelen en nuestra propia carne las coacciones. ( ... )

24 de julio

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