Un bodegón de Cézanne, vendido en Londres por 81 millones de pesetas

Un bodegón de Cézanne ha batido el récord de precio pagado hasta ahora por una obra del impresionista francés, al conseguir alcanzar las 480.000 libras (unos 81 millones de pesetas), en una subasta de Sotheby's celebrada en Londres el pasado día 1. La acuarela -una olla, una jarra de leche y siete manzanas- fue adquirida por un comprador anónimo, aparentemente un hombre de negocios suizo dedicado a la compraventa de obras de arte.

El anterior récord en una acuarela de Cézanne se consiguió, en 1978, durante la subasta de la colección Von Hirsch, y alcanzó las 300.000 libras (unos ...

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Un bodegón de Cézanne ha batido el récord de precio pagado hasta ahora por una obra del impresionista francés, al conseguir alcanzar las 480.000 libras (unos 81 millones de pesetas), en una subasta de Sotheby's celebrada en Londres el pasado día 1. La acuarela -una olla, una jarra de leche y siete manzanas- fue adquirida por un comprador anónimo, aparentemente un hombre de negocios suizo dedicado a la compraventa de obras de arte.

El anterior récord en una acuarela de Cézanne se consiguió, en 1978, durante la subasta de la colección Von Hirsch, y alcanzó las 300.000 libras (unos 51 millones de pesetas). El bodegón fue vendido en 145.000 libras, en 1967, y en 248.000, en 1973.El cuadro fue pintado por Cézanne en la última etapa de su vida y formaba parte de una colección de once pinturas puestas a la venta por un coleccionista europeo cuyo nombre no ha sido revelado.

A pesar del precio alcanzado por el bodegón de Cézanne, la subasta, que marcó el comienzo de la semana de impresionistas y arte moderno de Sotheby's, no puede calificarse de éxito, ya que muchas de las obras subastadas no llegaron a alcanzar el precio mínimo de salida, entre ellas un retrato al pastel de Paul Viaud, por Toulouse-Lautrec, que fue adjudicado en 230.000 libras, 20.000 menos del precio señalado en catálogo.

La naturaleza muerta Guitarre sur une table, pintada por Juan Gris, en enero de 1916, alcanzó, en la misma subasta, el precio récord de 135.000 libras esterlinas (22.400.000 pesetas).

Asimismo, fueron vendidas once obras de Picasso, otras dos del citado pintor madrileño y una del artista catalán Salvador Dalí.

Entre las obras del pintor malagueño que fueron adquiridas destaca Compotier et guitarre, que alcanzó el precio de 200.000 libras esterlinas, y Les adieux du pecheur, una pequeña pintura del «período azul», por la que se pagaron 136.000 libras esterlinas.

La acuarela subastada el pasado día 1 de julio en Londres fue realizada por uno de los artistas máximos representantes del impresionismo europeo, entre 1900 y 1906, es decir, poco antes de la muerte del pintor, acaecida el 22 de octubre de 1906. Según opinión común de los críticos y especialistas en arte, el cuadro subastado es uno de los mál valiosos. testimonios de la plena madurez de Cézanne.

«Soy el hombre primitivo de un arte nuevo», dijo Cézanne (Aix en Provence, 1839-1906), poco antes de morir. Este nuevo arte se ha interpretado más tarde como una «pintura pura», desligada del concepto de imitación que, lejos de encerrarse en el formalismo, se extiende a todo un mundo de implicaciones psicológicas y prolongaciones de la imaginación. De acuerdo con esta concepción de la pintura, su mensaje, lo mismo que el de Matisse o Kandinsky, sus admiradores posteriores, se manifestó siempre multiforme, capaz de irrigar la mayor parte de las tendencias que le siguieron.

A través de Gauguin, ejerce influencia sobre el fauvisme. Por otra parte, sus preceptos sobre el tratamiento de la naturaleza a través de figuras como el cilindro, la esfera o el cono, repercute en el cubismo que él no aprobó; su tratamiento, por otra parte, del color fue aprovechado por Delaunay. Por encima de todo esto es probablemente su concepción del arte como búsqueda perpetua de los medios y contenidos propios la que ha colocado a Cézanne en lugar destacado en la sensibilidad artística del siglo XX.

Arte para la crisis

La inversión de dinero en obras de arte, y especialmente en cuadros, sigue siendo una constante de esta primera mitad de año, en la que se han batido todos los récords de subastas de cuadros. Los entendidos asocian este espectacular aumento de inversión en arte a los tiempos que corren de crisis económica.El pasado 29 de mayo, una tela de Turner, pintor británico de finales del siglo XVIII y principios del siglo siguiente, titulada Julieta y su niñera, batía todos los récords al ser adjudicada, en una subasta promovida por la firma Sotheby's, de Nueva York, por la cantidad de 6.400.000 dólares (454 millones de pesetas). Con esta transacción se superó el anterior récord alcanzado en Londres, en 1970, por el Retrato de Juan de Pareja, de Velázquez, que se vendió por 5.500.000 dólares (385 millones de pesetas).

Unos días antes, exactamente medio mes, un cuadro de Van Gogh, El jardín del poeta en Arles, rozó peligrosamente el récord que mantenía el Velázquez. Este cuadro de Van Gogh alcanzó, con sus 364 millones de pesetas, el segundo precio más alto pagado hasta en por un cuadro en la historia reciente. En Nueva York estas compras no impresionaron demasiado porque, unos días antes, una obra del pintor español Pablo Picasso se había vendido por el precio de 214 millones de pesetas.

Subasta de arte en España

En España, las inversiones en arte también han sido importantes en lo que va de año, aunque se hayan producido en una escala mucho, más reducida que las de Nueva York o Londres, por ejemplo. El pasado 26 de marzo un óleo de Francisco de Goya, titulado Retrato de Rita Goya, fue adjudicado, en una subasta celebrada en Barcelona, por 8.800.000 pesetas. Este precio, con ser alto, se consideró, sin embargo, inferior a la cotización internacional de las obras de Goya.El mes siguiente, en la misma ciudad de Barcelona, era vendido el cuadro de Gútiérrez Solana El Lechuga y su cuadrilla. por 14. 100.000 pesetas. Esta venta supuso entonces el récord de adjudicación de un cuadro en España en una subasta de arte. Esta cifra había sido superada con la adquisición, por la Diputación de Valencia, de un cuadro de Sorolla, Pescadoras valencianas, en una subasta de Londres celebrada en noviembre del año pasado, cuadro por el que se habían pagado 22 millones de pesetas.

Quedarían por reseñar otras dos subastas significativas de las celebradas en España. A finales del pasado mes de mayo, también en Barcelona, un San Antonio de Padua con el Niño Jesús en brazos, de Murillo, alcanzó un precio de seis millones de pesetas, y, por fin, el pasado mes de junio, un Greco, concretamente un San Pedro, se vendió por 18 millones de peseta en una subasta celebrada en Boadilla del Monte, de Madrid.

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