Profesionalidad y libertad de expresión

( ... ) Hace pocos días, el diario.ma drileño EL PAIS ha estrenado el primer estatuto de redacción de la historia de la Prensa española. Lástima que lo mejor de ese estatuto sea su nombre y que los puntos esenciales de ese esquema de relación, desde el nombramiento y destitución del director a la cláusula de conciencia, pasando por la intervención en la línea editorial o la consulta de decisiones importantes que afecten a la estructura empresarial, hayan sido abordados con tanta timidez que prácticamente dejan las cosas como ya estaban. El poder real de la redacción sigue siendo en la práctica...

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( ... ) Hace pocos días, el diario.ma drileño EL PAIS ha estrenado el primer estatuto de redacción de la historia de la Prensa española. Lástima que lo mejor de ese estatuto sea su nombre y que los puntos esenciales de ese esquema de relación, desde el nombramiento y destitución del director a la cláusula de conciencia, pasando por la intervención en la línea editorial o la consulta de decisiones importantes que afecten a la estructura empresarial, hayan sido abordados con tanta timidez que prácticamente dejan las cosas como ya estaban. El poder real de la redacción sigue siendo en la práctica el mismo que antes de que fuera aprobado el estatuto.Pese a todo, la vía está abierta y el «fantasma» está conjurado, por más que otro rotativo de la mañana creyera ver la invasión de los «soviets» en el moderado estatuto de EL PAIS. Institucionalizar un marco de relaciones entre periodistas, director y empresa favorece a todos, y muy especialmente a los lectores, garantiza unas determinadas cotas de libertad y, en definitiva, redunda en una mayor estabilidad.para el órgano informativo que lo adopta.

26 de junio

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