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Eusebio García Luengo,

uno de los venerables patriarcas del café Gijón, inauguró la serie de obligados discursos de la comida de homenaje que la tertulia de los escritores ofreció ayer al novelista Jesús Fernández Santos, galardonado este año con el Premio Nacional de Literatura. A la comida habían acudido escritores de las más diversas tendencias, asiduos o no de la tertulia, como son José García Nieto, Enrique Azcoaga. Francisco García Pavón, Carmen Martín Gaite, Rafael Morales y Dámaso Santos; pintores como Martínez Novillo y José Lucas; gente de cine, actores, hispanistas extranjeros ...

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uno de los venerables patriarcas del café Gijón, inauguró la serie de obligados discursos de la comida de homenaje que la tertulia de los escritores ofreció ayer al novelista Jesús Fernández Santos, galardonado este año con el Premio Nacional de Literatura. A la comida habían acudido escritores de las más diversas tendencias, asiduos o no de la tertulia, como son José García Nieto, Enrique Azcoaga. Francisco García Pavón, Carmen Martín Gaite, Rafael Morales y Dámaso Santos; pintores como Martínez Novillo y José Lucas; gente de cine, actores, hispanistas extranjeros y dos conocidos. En total, más de cincuenta personas, reunidas en la cripta para celebrar su premio y recordar otros tiempos en que, en palabras de García Luengo, se había ido haciendo la personalidad «sabiamente malhablada» del buen escritor que es Jesús Fernández Santos. Un homenaje, en suma, al escritor y crítico literario, pero también al compañero de esa sana y culta costumbre que es la tertulia de café.

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