Tribuna:

Frustrado homenaje

La final de la Copa de Europa no es para el público de Madrid el acontecimiento deseado. A no ser que se produzca una avalancha inesperada de público, los graderíos no tendrán otra presencia notable que la que proporcionen los seguidores del Nottingham y Hamburgo. El veinticinco aniversario de la Copa de Europa se había soñado en convertirlo en un homenaje al Madrid actual y a aquel que avasalló durante cinco años consecutivos. El homenaje ha quedado en familia. El Madrid ha invitado a sus primeros campeones, y esta noche estarán en la tribuna. Para ellos, probablemente, serán los mejores apla...

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La final de la Copa de Europa no es para el público de Madrid el acontecimiento deseado. A no ser que se produzca una avalancha inesperada de público, los graderíos no tendrán otra presencia notable que la que proporcionen los seguidores del Nottingham y Hamburgo. El veinticinco aniversario de la Copa de Europa se había soñado en convertirlo en un homenaje al Madrid actual y a aquel que avasalló durante cinco años consecutivos. El homenaje ha quedado en familia. El Madrid ha invitado a sus primeros campeones, y esta noche estarán en la tribuna. Para ellos, probablemente, serán los mejores aplausos del escaso público madrileño que acuda a la final.De aquellos primeros once campeones, el Madrid no conserva a ninguno en su plantilla de técnicos. Su suerte es bien diversa. Deportivamente, la mayoría se encuentra retirada. Los hay en paro y los hay en situación poco satisfactoria. Entre estos últimos, Joseíto, que está en el duro trance de ver descender a su equipo a Segunda B. Di Stéfano, que es el único triunfador en la presente temporada, atraviesa unos momentos difíciles.

Di Stéfano hizo campeón de Liga al Valencia. Diferencias de carácter le llevaron al cese. Volvió a Mestalla a comienzos de temporada y, tras un lánguido viaje por la Liga y el desencanto en la Copa, logró en Bruselas el único título europeo que ha venido a España. Di Stéfano se la jugó al remodelar con jóvenes el equipo. Ahora se piensa en darle de nuevo el cese. Una auténtica ironía.

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