Cartas al director

Los métodos de la izquierda

Francisca Sauquillo, en el artículo «Algo más que la crisis de un partido» (EL PAÍS, 12 de abril), encuadra los problemas del PTE -supongo que en un intento de darle toda la magnitud e importancia que tienen- en la crisis generalizada por la que atraviesan las ideas revolucionarias en el occidente europeo, intentando analizar sus causas y características, sin que le duelan prendas a la hora de asumir cosas tan dolorosas (si es que se asumen de verdad), como que el marxismo no ha sido capaz, en los últimos cincuenta años, de dar respuesta a los problemas de la sociedad o cómo la derecha ha sabi...

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Francisca Sauquillo, en el artículo «Algo más que la crisis de un partido» (EL PAÍS, 12 de abril), encuadra los problemas del PTE -supongo que en un intento de darle toda la magnitud e importancia que tienen- en la crisis generalizada por la que atraviesan las ideas revolucionarias en el occidente europeo, intentando analizar sus causas y características, sin que le duelan prendas a la hora de asumir cosas tan dolorosas (si es que se asumen de verdad), como que el marxismo no ha sido capaz, en los últimos cincuenta años, de dar respuesta a los problemas de la sociedad o cómo la derecha ha sabido batir a la izquierda en todos los terrenos.Sin embargo, Francisca Sauquillo sitúa las causas de este desastre fuera de la misma izquierda, dejando sin mencionar un aspecto que considero esencial si se quiere hacer una crítica a, de, por o desde la izquierda. Aspecto sin el cual ésta queda tan coja que no merece el nombre de crítica (y menos de autocrítica). Me refiero a la necesidad imperiosa de «proclamar, también, a los cuatro vientos», lo nefasto de los métodos empleados por esa izquierda. Métodos que han informado el quehacer político, la moral de la militancia, el trato dado a partidos hermanos. Métodos basados en la jerarquización, la antidemocracia, la mentira, la insolidaridad, el dogmatismo, seguidismo, cerrilismo y métodos de los que cada uno debemos asumir nuestra parte de responsabilidad y que son la causa, en buena parte, de la desmoralización que detecta Francisca Sauquillo en las filas de la izquierda y que han generado ese «auténtico vacío de futuro» que la autora desvela.

Creo que las personas realmente preocupadas por sacar a la izquierda del atasco no pueden obviar este tema. Es necesario devolver a la izquierda, a sus militantes, una ética que hace años perdieron. Como necesario es, para ganar una batafiar, conocer al contrincante..., y la izquierda, con estos métodos, ha, sido, durante años, su propio y peor enemigo. /

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