Gente

Ellen Leach

No esperaba que el viaje hacia el zoológico, cuidando al elefante que la precede, iba a ser una carrera contra la velocidad y la tenacidad del animal. No es que el elefante estuviera decidido a arruinarle la mañana a su pertinaz perseguidora. Fue que ella misma le dio el impulso lanzándo zanahorias cuyo sabor estimulaba las ganas de correr del pesado paquidermo. La escena fue captada en Cleveland, y el drama de la persecución acabó cuando el animal llegó al lugar donde debía ser pesado. Tiani, que así se llama el elefante, pesó seiscientos kilos en la báscula....

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

No esperaba que el viaje hacia el zoológico, cuidando al elefante que la precede, iba a ser una carrera contra la velocidad y la tenacidad del animal. No es que el elefante estuviera decidido a arruinarle la mañana a su pertinaz perseguidora. Fue que ella misma le dio el impulso lanzándo zanahorias cuyo sabor estimulaba las ganas de correr del pesado paquidermo. La escena fue captada en Cleveland, y el drama de la persecución acabó cuando el animal llegó al lugar donde debía ser pesado. Tiani, que así se llama el elefante, pesó seiscientos kilos en la báscula.

Archivado En