El Gobierno Civil puede obligar al Metro a mantener un servicio mínimo

El Gobierno Civil podría aplicar el decreto por el que se garantiza el servicio de Metro con una plantilla mínima en caso de que antes de las seis horas de mañana, en que está previsto el comienzo, de una huelga de un día, no se produzca ningún acuerdo entre dirección y trabajadores. El anuncio de la medida gubernativa se produjo ayer, coincidiendo con la celebración de asambleas de trabajadores del Metro en los turnos de mañana y tarde, en los que se ratificó la convocatoria de huelga ante la diferencia existente sobre los puntos más importantes del convenio. Por su parte, la EMT está dispues...

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El Gobierno Civil podría aplicar el decreto por el que se garantiza el servicio de Metro con una plantilla mínima en caso de que antes de las seis horas de mañana, en que está previsto el comienzo, de una huelga de un día, no se produzca ningún acuerdo entre dirección y trabajadores. El anuncio de la medida gubernativa se produjo ayer, coincidiendo con la celebración de asambleas de trabajadores del Metro en los turnos de mañana y tarde, en los que se ratificó la convocatoria de huelga ante la diferencia existente sobre los puntos más importantes del convenio. Por su parte, la EMT está dispuesta a paliar la posible huelga del Metro, aunque el incremento de sus servicios sólo podrá absorber a un 15% del millón largo de viajeros que utilizan el Metro cada día.

«Una huelga como esta afecta a un importante número de madrileños y puede crear un gran colapso en la ciudad; estas razones justificarían la aplicación del decreto de mantenimiento del servicio con una plantilla mínima. Es una posibilidad sobre la que estamos trabajando, y se puede adoptar en caso de que trabajadores y dirección del Metro no lleguen a un acuerdo», manifestó ayer Juan José Rosón, gobernador civil de Madrid.Esta medida gubernativa iría unida a la creación de un dispositivo especial para ofertar un número similar de plazas de transporte, gracias al incremento que se conseguiría en otros servicios, como la EMT.

José Luis Montemayor, director de esta empresa, manifestó que, en caso de que se necesitase, se podría aplicar tápidarnente un plan ya estudiado, por el que se incrementaría la oferta un 15% sobre la actual. Este aumento se logra con la utilización de todos los autobuses disponibles y la petición a los trabajadores de que mañana hagan más horas extraordinarias y ea inbien su día de líbranza aquellos a los que corresponda.

El plan de la EMT se pondrá.en marcha, según parece, al margen de que haya o no decisión gubernativa, ya que en caso de que se aplique el decreto, las líneas de autobuses reforzarían aquellos itinerarios recorridos asimismo por el Metro y, de haber huelga, los autobuses, junto con los taxis, representarían el único medio de transporte urbano.

En tanto el Gobierno Civil adopta una postura definitiva, la dirección y los trabajadores de la empresa ultimaron los detalles de la huelga. Mientras la dirección de la empresa hacía público un comunicado en el que anunciaba el paro desde las seis de la mañana del día 13 hasta las seis de la mañana del día 14 y lamentaba los perjuicios ocasionados a los viajeros, ,«en caso de llevarse a cabo la huelga», los trabajadores se reunían para ratificar la convocatoria.

Los miembros del comité de empresa informaron en estas asambleas a los miembros de la plantilla que la única variación en las negociaciones había consistido en la propuesta de la dirección para que en las próximas reuniones participe un interlocutor, que podría ser. un representante del Ministerio de Trabajo.

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Los resultados de las votaciones fueron unánimes en la ratificación de la huelga -1.693 síes, 84 noes, veintisiete en blanco y cuatro nulos- ¡al como se había decidido hace dos semanas, cuando la empresa se negó a cambiar la oferta económica -un, 10,8%, más el 1% de productividad, frente al 17% pedido-, y no aceptó que los trabajadores se jubilaran voluntariamente a partir de este año a los sesenta años, a pesar de que no representaría ningún desembolso para la empresa, ya que la diferencia entre las percepciones y el ciento por ciento del sueldo se pagaría con cargo a un fondo social existente. El último punto no aceptado por la dirección es la constitución de una comisión trabajadores-dirección, para estudiar los puestos tóxicos y peligrosos y ver la posibilidad de mejorar las condiciones laborales o la reducción de la jornada para los afectados.

A última hora de la noche, una nota oficial comunicaba que «el consejo de intervención había informado al Gobierno de la repercusión de la posible huelga.

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