Tribuna:Posiciones ante la primera reunión del comité regional de Madrid / y 2

Intentos de reorganización de las corrientes internas en el Partido Socialista

El sector que en la crisis del PSOE actuó como «tercera vía» vuelve a mantener un cierto nivel de actividad política, tras el papel jugado en el congreso extraordinario de septiembre y la pérdida de la dirección del partido en Madrid. Los hombres que aglutina Alonso Puerta, ex secretario general de la federación madrileña y actual teniente de alcalde, han decidido cambiar la imagen de terceristas por la idea de que conviene consolidar un ala izquierda en el Partido Socialista, capaz de conseguir en futuros congresos algo más que el 7% de votos del sector crítico en el pasado congreso ex...

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El sector que en la crisis del PSOE actuó como «tercera vía» vuelve a mantener un cierto nivel de actividad política, tras el papel jugado en el congreso extraordinario de septiembre y la pérdida de la dirección del partido en Madrid. Los hombres que aglutina Alonso Puerta, ex secretario general de la federación madrileña y actual teniente de alcalde, han decidido cambiar la imagen de terceristas por la idea de que conviene consolidar un ala izquierda en el Partido Socialista, capaz de conseguir en futuros congresos algo más que el 7% de votos del sector crítico en el pasado congreso extraordinario.Fruto de este salto cualitativo es la elaboración de un documento, conocido hasta ahora sólo en círculos restringidos, en el que se hacen determinadas propuestas de estrategia política para el conjunto del partido.

El documento parte del principio de que en España ya está consolidada la democracia formal, por lo que no es necesario mantener dicha estrategia como eje de la actuación de los socialistas, y es hora de abordar la realización de un programa propio. La situación vendría definida por el hecho de que estamos en una «democracia de derechas», lo cual obliga al PSOE a enfrentarse con «un Gobierno formado a partir de una organización política consolidada y de derechas, en el marco de una democracia suficientemente afianzada».

La estrategia socialista -prosigue el citado texto- no debe dirigirse a romper a la UCD, puesto que no existen garantías de que una fractura de esta última proporcione los diputados suficientes como para asegurar el éxito de un voto de censura en el Parlamento. Más inviable aún sería, según dichos analistas, un Gobierno UCD-PSOE. Por otra parte, aunque la titularidad de los municipios debe significar un paso en la conquista del poder político, no existe un verdadero poder municipal, pues todas las competencias de las instituciones locales se ejercen en virtud de una ley establecida por quienes dominan la Administración central.

Respecto a las comunidades autónomas, se pronuncian en favor de mayorías de izquierda, siempre que las correspondientes elecciones produzcan, en efecto, una mayoría de parlamentarios de izquierda. Hay una mención especial a la conveniencia de evitar la polarización de Euskadi sobre el problema nacional, y a formar en Cataluña un eje básico PSC-PSUC. Como avance del debate socialista para 1983, mantienen la idea de una mayoría de izquierda en las Cortes si los resultados electorales así lo permiten.

El texto termina con unas reflexiones sindicales según las cuales los socialistas precisan la hegemonía en ese terreno para llevar a cabo una actuación en mayoría de izquierda. Sus autores opinan que lo peor que podría sucederle al movimiento obrero es que existiera un sindicato -UGT- capaz de negociar convenios, pero incapaz de imbricarse sólidamente en la base de dicho movimiento, mientras otro sindicato ganaría las elecciones sindcales, pero no podría negociar satisfactoriamente con las organizaciones patronales.

La corriente crítica, dividida

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Mientras la tercera vía elabora sus nuevas posiciones, los grupos que en su día formaron el sector crítico desarrollan diversas iniciativas en Madrid, la federación donde están mejor implantados, aunque sin una dirección común. Su figura principal, Luis Gómez Llorente, se mantiene en un plano discreto respecto a estas cuestiones, si bien algunos de sus colaboradores -Enrique Moral, Manuel de la Rocha- han participado en actuaciones de reorganización del sector.

En este sentido se han celebrado reuniones en la Federación Socialista Madrileña con objeto de trabajar desde las bases de la militancia, sin acudir a fórmulas que pudieran ser consideradas como tendencias fraccionales -expresamente prohibidas por los estatutos del PSOE.

En esas reuniones, el grupo denominado Reflexiones Socialistas -aglutinado en torno a Manuel Turrión y Manuel Abejón- presentó una propuesta de funcionamiento, precedida de un análisis sobre lo que debe ser la corriente crítica. Algunos de los asistentes han informado a EL PAIS que la propuesta trataba de complementar la victoria moral del sector crítico en la resolución aprobada por el congreso extraordinario, con una acción que obligue a los dirigentes a poner en práctica dicho acuerdo; insistía en el derecho de los militantes a manifestarse; y proponía la creación de comisiones de seguimiento de los órganos del partido y de una «revista hablada», como medio de difusión.

El tema no ha pasado de la fase de propuesta, al parecer, en base a discrepancias no resueltas entre los diversos grupos de lo que fue el sector crítico.

Los autores de la propuesta, así como otros grupos, aparecen retirados en sus cuarteles de invierno, con la probable intención de proseguir los intentos por otras vías.

De todo lo dicho se desprende que hoy no habrá decisiones espectaculares en la reunión del comité regional del PSOE de Madrid, primera desde el congreso en que fue elegida la actual dirección, ya que la ejecutiva representa a un sector hoy por hoy más firme que los demás. Sin embargo, parece evidente que ha comenzado el proceso de reorganización de corrientes en el PSOE, por lo que será necesario observar sus pasos en el futuro.

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