Tribuna:

Otra insensatez

El Barcelona de Núñez nos ha fundido los plomos de nuevo. El presidente azulgrana conseguirá batir todos los récords de insensateces cometidas por los últimos presidentes de una entidad ejemplar, a la que desde hace más de veinte años le fallan los dirigentes. Un amigo mío catalán y culé hasta la médula, suele decirme: «El Barcelona es tan grande que sobrevive a pesar de sus presidentes.»Hay que preguntarse ya cuándo los socios del club dejarán de ser tan buena gente. No se concibe que soporten estoicamente tantas desgracias encadenadas. Los socios pagan, callan y sufren. Núñez no se merece la...

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El Barcelona de Núñez nos ha fundido los plomos de nuevo. El presidente azulgrana conseguirá batir todos los récords de insensateces cometidas por los últimos presidentes de una entidad ejemplar, a la que desde hace más de veinte años le fallan los dirigentes. Un amigo mío catalán y culé hasta la médula, suele decirme: «El Barcelona es tan grande que sobrevive a pesar de sus presidentes.»Hay que preguntarse ya cuándo los socios del club dejarán de ser tan buena gente. No se concibe que soporten estoicamente tantas desgracias encadenadas. Los socios pagan, callan y sufren. Núñez no se merece la masa social que arrastra el Barga. Ahora ha fichado a un anciano enfermo para que dirija un barco a la deriva.

La situación de Rifé era insostenible, pero a estas alturas de la temporada, cambiar de entrenador, probablemente, no servirá para nada. Helenio Herrera fue en su tiempo considerado el mejor entrenador del mundo. Pero los laureles de mítico mago los consiguió, con algunos de los mejores futbolistas de la época. Su cotización en el mercado internacional, en estos momentos, era nula. Ni siquieráen Italia encontraba trabajo en las divisiones, inferiores. La última oferta que tuvo le llegó desde Venezuela.

Recuperar a Krankl es quizá lo único sensato que se ha pensado en Canaletas en los tres últimos días. Recuperar la disciplina en la plantilla es tarea con la que no ha podido Rifé, quizá por falta de mano izquierda. La tarea de los directivos no consiste en imponersanciones ejemplares, sino en evitar que se cometan las faltas.

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