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el mundo de los buscadores de oro y vuelve a la actualidad la imagen que dio origen a los más famosos westerns de la cinematografía norteamericana. Las escenas se desarrollan, sobre todo, en las montañas del noroeste de México, adonde llegan estos días cientos de gambusinos, presas de la fiebre del oro. Se desplazan penosamente, aunque los medios de comunicación existentes sean mejores que los que había cuando esa fiebre surgió por vez primera: son campesinos que arrastran su asno, su pico y su pala, y se internan por las estribaciones de la sierra Madre occidental, una de las ca...

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el mundo de los buscadores de oro y vuelve a la actualidad la imagen que dio origen a los más famosos westerns de la cinematografía norteamericana. Las escenas se desarrollan, sobre todo, en las montañas del noroeste de México, adonde llegan estos días cientos de gambusinos, presas de la fiebre del oro. Se desplazan penosamente, aunque los medios de comunicación existentes sean mejores que los que había cuando esa fiebre surgió por vez primera: son campesinos que arrastran su asno, su pico y su pala, y se internan por las estribaciones de la sierra Madre occidental, una de las cadenas montañosas que atraviesan México de Norte a Sur. Regresan, en realidad, a las minas cuya explotación acabó hace años y en las que pueden hallarse aún rastros del metal precioso, según ha dicho Jesús Vela Gómez, presidente de la Asociación Minera del Estado de Durango, donde se concentran ahora los gambusinos. «Muchos campesinos», afirmó Jesús Vela, «han abandonado sus tierras con la esperanza de volverse ricos de la noche a la mañana mediante un hallazgo afortunado.» Según él, los precios alcanzados por el oro y la plata hacen rentable incluso la utilización de animales de tiro para transportar el mineral, que es purificado por un procedimiento rudimentario. El señor Vela Gómez explica la obsesión campesina por el oro diciendo que, aun cuando ahora se registre una baja en los precios de los metales preciosos, su explotación seguirá siendo buen negocio durante los próximos meses.Pero a los campesinos les asusta el romanticismo, aunque éste les acerque a las películas del Oeste. Por esta razón, los dirigentes mineros de la región mexicana mencionada se han dirigido al Gobierno para que les apoye para poder contar a corto plazo con la infraestructura necesaria para una mejor explotación de la zona.

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