Cartas al director

Greene, WeIles, De la Cierva y el despotismo ilustrado

En EL PAÍS del día 18 de enero, don Ricardo de la Cierva, flamante y abrumado nuevo ministro de Cultura, dice a Juan Cruz que él es un gran admirador de Graham Greene, y cita una frase de la cual se desprende que el despotismo de los Médici fue adecuado para el florecimiento de la cultura, mientras que la democracia suiza sólo produjo los relojes de cuco...El señor De la Cierva demuestra una cultura más cinematográfica que literaria, lo cual no es malo, pero encaja difícilmente con su declarada admiración por Graham Greene: si realmente hubiera leído El tercer hombre en lugar de recorda...

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En EL PAÍS del día 18 de enero, don Ricardo de la Cierva, flamante y abrumado nuevo ministro de Cultura, dice a Juan Cruz que él es un gran admirador de Graham Greene, y cita una frase de la cual se desprende que el despotismo de los Médici fue adecuado para el florecimiento de la cultura, mientras que la democracia suiza sólo produjo los relojes de cuco...El señor De la Cierva demuestra una cultura más cinematográfica que literaria, lo cual no es malo, pero encaja difícilmente con su declarada admiración por Graham Greene: si realmente hubiera leído El tercer hombre en lugar de recordar la película, sabría, por palabras del propio Greene en el prólogo, que (cito más o menos textualmente) «la famosa frase sobre los relojes de cuco la escribió el mismo señor Welles». Hasta ahí el error en la cita. Pero creo importante puntualizar el sentido auténtico de esa frase, fuera Welles o Greene su autor. No es lícito olvidar que es un «villano» quien la pronuncia. Es el «malo» de la historia. Un «malo» atractivo, inteligente y casi protagonista, de acuerdo; por eso -entre otras cosas- dice frases tan brillantes y por eso lo interpretó Orson Welles. Pero el señor De la Cierva, cuyo recuerdo de Greene se limita (en este caso) a la película de Carol Reed, debería recordar también que el «bueno» de dicha película no era Orson Welles, sino Joseph Cotten. Y aunque no es obligatoria la consideración moral a la hora de hablar de cine o de literatura, sí me parece conveniente cuando se traen citas a colación de un tema en el que dicha moral resulta obviamente imprescindible.

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