Corbalán dio el triunfo al Madrid en Badalona

Una soberbia actuación de Juan Antonio Corbalán y un primer tiempo espléndido de Randy Meister, junto con las eficaces labores de Brabender e Iturriaga, hicieron que esta vez, y después de dos años, el Madrid ganara en la pista del Cotonificio por nueve puntos, cuando la distancia que hay entre uno y otro equipo, hoy por hoy, en cancha neutral, es de veinte o más bien treinta.Aito García Reneses, pese a los problemas que ha tenido con Schraeder y pese a que cuenta con una plantilla con ciertas limitaciones, demostró, una vez más, que, al margen de dichas circunstancias, sabe lo que se trae ent...

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Una soberbia actuación de Juan Antonio Corbalán y un primer tiempo espléndido de Randy Meister, junto con las eficaces labores de Brabender e Iturriaga, hicieron que esta vez, y después de dos años, el Madrid ganara en la pista del Cotonificio por nueve puntos, cuando la distancia que hay entre uno y otro equipo, hoy por hoy, en cancha neutral, es de veinte o más bien treinta.Aito García Reneses, pese a los problemas que ha tenido con Schraeder y pese a que cuenta con una plantilla con ciertas limitaciones, demostró, una vez más, que, al margen de dichas circunstancias, sabe lo que se trae entre manos, y así, su equipo supo plantarle cara al Madrid. Tanto el partido que hicieron como el resultado que consiguieron hay que calificarlo de meritorio, teniendo en cuenta que, salvo imponderables, el tiempo de los milagros ya pasó. Sinceramente, que el Cotonificio gane al Real Madrid en condiciones normales entra dentro de la ciencia-ficción, y si anteriormente se ha producido, hay que apuntar hacia ese gran técnico que es Aito y a un entusiasmo sin límites de los jugadores que dirige, al margen de lo ya señalado.

Corbalán, que estuvo un rato compartiendo el tiempo de juego con Ramos y Cabrera, se siente ahora seguro y dueño de sí mismo y parece dispuesto a que Llorente pague en el banquillo el tributo correspondiente de pasar al Real Madrid. Lolo Sainz acertó al hacer una zona, y esto hizo que la labor de Corbalán aún brillara más. Interceptaba balones y se iba como una bala al aro contrario, con o sin colaboración de los aleros. El primer tiempo de Meister (veintiuno de los veintitrés puntos los hizo en los primeros veinte minutos), la seguridad de Brabender y la eficacia, tanto en defensa como en ataque, de Iturriaga hicieron lo demás.

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