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no criticará ninguna película más en su vida, o al menos eso ha anunciado, es Diego Galán, que ejercía su actividad en la revista Triunfo, de Madrid. Ha tomado la decisión de abandonar definitivamente esa labor después de observar cómo sus colegas recibían un filme que para él resultaba magistral: La Luna, de Bertolucci. Una hora después del estreno de la película, en el Festival de Valencia, la crítica ya había repartido parabienes o había denostado abiertamente el filme. El crítico español decidió que esa actividad crítica resultaba un menosprecio para una obra de arte y...

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no criticará ninguna película más en su vida, o al menos eso ha anunciado, es Diego Galán, que ejercía su actividad en la revista Triunfo, de Madrid. Ha tomado la decisión de abandonar definitivamente esa labor después de observar cómo sus colegas recibían un filme que para él resultaba magistral: La Luna, de Bertolucci. Una hora después del estreno de la película, en el Festival de Valencia, la crítica ya había repartido parabienes o había denostado abiertamente el filme. El crítico español decidió que esa actividad crítica resultaba un menosprecio para una obra de arte y decidió que debía abandonar ese trabajo que durante tantos años había hecho siguiendo, quizá, esquemas tan precarios corno aquellos a los que sus compañeros se ajustaban para comentar La Luna.

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