Llamamiento del cardenal Tarancón a favor de la convivencia

«Creían algunos, ingenuamente», dice el cardenal Tarancón en la última de sus Cartas cristianas que acaba de publicar, «que la democracia era sinónimo de convivencia en paz. Pero la democracia exige una mayor madurez en las personas y más abnegación. Y éstas son las que fallan, al parecer.»El presidente de la Conferencia Episcopal española se pregunta en esta carta: «¿Es posible la convivencia en paz de todos los españoles?» «Da la impresión», responde, «de que no queremos comprendernos ni queremos ayudarnos. Parece, a juzgar por los hechos, que es imposible extirpar la violencia. Me refiero, ...

«Creían algunos, ingenuamente», dice el cardenal Tarancón en la última de sus Cartas cristianas que acaba de publicar, «que la democracia era sinónimo de convivencia en paz. Pero la democracia exige una mayor madurez en las personas y más abnegación. Y éstas son las que fallan, al parecer.»El presidente de la Conferencia Episcopal española se pregunta en esta carta: «¿Es posible la convivencia en paz de todos los españoles?» «Da la impresión», responde, «de que no queremos comprendernos ni queremos ayudarnos. Parece, a juzgar por los hechos, que es imposible extirpar la violencia. Me refiero, principalmente, a la violencia fraticida, al terrorismo que ensangrienta tantas veces nuestras calles y que todos debemos condenar enérgicamente.»

«Pero hay otra violencia de palabra y de conducta», continúa monseñor Tarancón, «que es tan grave como la otra, porque, definitivamente, hace imposible la convivencia en paz para desarrollar conjuntamente un programa común que pueda consolidar la democracia y pueda crear el clima adecuado para que nos amemos todos los españoles, por la simple razón de serlo, y trabajemos en beneficio de un futuro mejor. La realidad, sin embargo», dice más adelante, «es que no hemos conseguido todavía la convivencia en paz de todos los españoles.»