Otro mínimo anual

Los nervios y titubeos con que iniciaba su andadura en la mañana de ayer el mercado bilbaíno, como consecuencia de las posibles repercusiones del atentado que costó la vida al concejal del Ayuntamiento de San Sebastián, perteneciente a la coalición Herri Batasuna, parecían contagiar a los operadores de las otras dos bolsas, en las que se acentuaba incluso el ambiente negativo, hasta el punto de que el cierre más favorable correspondía a la Bolsa vasca, a pesar de ser el escenario natural del suceso.Realmente este atentado no influyó directamente en el comportamiento de la Bolsa madrileña, pero...

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Los nervios y titubeos con que iniciaba su andadura en la mañana de ayer el mercado bilbaíno, como consecuencia de las posibles repercusiones del atentado que costó la vida al concejal del Ayuntamiento de San Sebastián, perteneciente a la coalición Herri Batasuna, parecían contagiar a los operadores de las otras dos bolsas, en las que se acentuaba incluso el ambiente negativo, hasta el punto de que el cierre más favorable correspondía a la Bolsa vasca, a pesar de ser el escenario natural del suceso.Realmente este atentado no influyó directamente en el comportamiento de la Bolsa madrileña, pero los cierres contenidos del jueves se vieron desbordados por una oferta nerviosa, que tenía especial incidencia en el grupo de monopolios y, en concreto, en Telefónica, valor que retrocedía un punto, y que, dado su particular peso a la hora de ponderar en el índice, era el principal artífice del repliegue que experimentaba el índice general.

La actividad a lo largo de toda la reunión estuvo fijada en cotas mínimas, pues uno de los principales animadores del mercado, que es el arbitraje con las bolsas periféricas, se veía interrumpido en su canal más importante, al existir el citado ambiente de incertidumbre en la Bolsa de Bilbao.

Por sectores, apenas nada que comentar. Las eléctricas experimentaron suaves repliegues, y si bien los valores punteros al finalizar los corros se veían demandados, al terminar la reunión la demanda aparecía prácticamente casada. Los bancos continuaron observando una disminución en sus saldos vendedores.

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