Más apatía

Aun a riesgo de resultar reiterativos, hemos de referirnos un día más, a la hora de intentar comentar lo sucedido en la Bolsa madrileña, a la inactividad y falta de expectativas, como características determinantes del comportamiento de un mercado que, día a día, va perdiendo su propia identidad, para constituirse en una gravosa obligación por parte de los operadores, intermediarios y demás elementos que constituyen el público.En el caso concreto de ayer, la falta de operaciones era tal que ni, uno solo de los distintos grupos de valores llegaba al final de los diez minutos destinados a contrat...

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Aun a riesgo de resultar reiterativos, hemos de referirnos un día más, a la hora de intentar comentar lo sucedido en la Bolsa madrileña, a la inactividad y falta de expectativas, como características determinantes del comportamiento de un mercado que, día a día, va perdiendo su propia identidad, para constituirse en una gravosa obligación por parte de los operadores, intermediarios y demás elementos que constituyen el público.En el caso concreto de ayer, la falta de operaciones era tal que ni, uno solo de los distintos grupos de valores llegaba al final de los diez minutos destinados a contratar con voceos por parte de los operadores, quienes en muchos casos se veían obligados a asumir el papel de testigos de piedra ante la acusada ausencia de órdenes.

No obstante, la mayor parte, de los observadores coincidían en manifestar que el elemento determinante de esta falta de movimiento en el mercado de valores la constituye la práctica inexistencia de opciones compradoras, ya que el papel surge tan pronto como los tanteos del dinero revisten Alguna importancia, aumentando a diario el númro de operaciones casadas a espaldas de su cauce lógico, esto es, fuera de los corros.

Con estos antecedentes es fácil imaginar que el deterioro en el ambiente se incrementa geométricamente, mientras que a diario son más los desengañados.

Para terminar, apenas apuntar que al cierre se apreciaban algunas cautas posturas compradoras para valores eléctricos concretos, mientras que el resto del mercado permanecía francamente decaído.

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