Tribuna:

Control necesario

Los clubs de Primera División, por medio de sus presidentes, han tomado un acuerdo sensato: implantar el control antidoping. La medida, aunque tardía, es buena y por tanto hay que celebrar que en un asunto serio los presidentes se hayan decidido a dar la cara.El fantasma del doping ha rondado el fútbol español durante varios años y las sospechas se han convertido, en alguna ocasión, en acusaciones formales. Pero cada vez que algún miembro de la familia futbolística se ha soltado el pelo con el tema, el asunto no ha pasado a mayores. Sobre cuestiones delicadas ha sido norma habitu...

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Los clubs de Primera División, por medio de sus presidentes, han tomado un acuerdo sensato: implantar el control antidoping. La medida, aunque tardía, es buena y por tanto hay que celebrar que en un asunto serio los presidentes se hayan decidido a dar la cara.El fantasma del doping ha rondado el fútbol español durante varios años y las sospechas se han convertido, en alguna ocasión, en acusaciones formales. Pero cada vez que algún miembro de la familia futbolística se ha soltado el pelo con el tema, el asunto no ha pasado a mayores. Sobre cuestiones delicadas ha sido norma habitual correr el tupido velo.

El control antidoping está establecido en las competiciones más importantes que se celebran en el mundo y, junto a la misión específica de velar por la salud de los propios practicantes, tiene la virtud de evitar que las competiciones se vean alteradas en sus resultados a causa de las manipulaciones fisiológicas. El control antidoping era absolutamente necesario.

Tornado el acuerdo, la segunda parte del tema radica en el modo en que se van a llevar a cabo los análisis. La infraestructura necesaria para que pueda tener toda clase de garantías será sin duda costosa, pero tanto la Federación como el Consejo Superior de Deportes tienen obligación de poner los medios necesarios para que el servicio sea eficaz y, además, no se preste a malas interpretaciones. Los clubs deben estar completamente al margen.

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