Problemática contención

Las tres sesiones que compusieron la pasada tanda resultaron francamente aburridas, con una falta de actividad desesperante tanto por parte de la oferta como de la demanda.Así, las oscilaciones en los cambios resultaban mínimas, impidiendo con ello la acción de la especulación, que ante la dificultad encontrada para provocar rápidas diferencias que resultasen fácilmente materializables, optaba por permanecer retraída en espera de circunstancias más propicias.

De lo reducido de las variaciones en los cambios dará idea el hecho de que las mayores diferencias positivas, de entre los valore...

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Las tres sesiones que compusieron la pasada tanda resultaron francamente aburridas, con una falta de actividad desesperante tanto por parte de la oferta como de la demanda.Así, las oscilaciones en los cambios resultaban mínimas, impidiendo con ello la acción de la especulación, que ante la dificultad encontrada para provocar rápidas diferencias que resultasen fácilmente materializables, optaba por permanecer retraída en espera de circunstancias más propicias.

De lo reducido de las variaciones en los cambios dará idea el hecho de que las mayores diferencias positivas, de entre los valores que intervienen en la confección del índice general, fueron las que registraban La Unión y el Fénix y Petromed, con avances de cinco puntos respectivamente. Por contra, las mayores cesiones correspondían a Dragados y Motor Ibérica, con pérdidas ambas de diez puntos. Por cierto que este último valor se encontraba en sus cotas mínimas del año en el mercado madrileño, como consecuencia de los momentos singularmente difíciles por los que, según parece, está atravesando la sociedad.

Como cabe fácilmente imaginar, tras la introducción con la que iniciamos nuestro comentario, la Bolsa se encuentra en horas bajas, no tanto en lo referente a cambios como en lo que respecta al negocio, y es precisamente por esto por lo que se produce la situación de contención y apatía antes señalada.

Efectivamente, en los sectores punteros la resistencia a la baja observada a lo largo de las últimas jornadas se debe más al acuerdo tácito al que parecen haber llegado los vendedores que a la consistencia real del mercado. Para confirmar esta afirmación basta con volver la vista sobre el comportamiento de alguno de estos grupos. Por ejemplo, los valores bancarios permanecen en posiciones cercanas a sus máximas cotas del año, y ello como consecuencia del apoyo que reciben a diario de las propias entidades emisoras. Las eléctricas, por su parte, una vez pasados los nervios que desató el accidente de la central nuclear norteamericana de Harrisburg, han recobrado algo de su perdido pulso, y día a día observan oscilaciones pendulares de uno y otro signo, si bien el balance definitivo se decanta ligeramente en favor de los descensos. Los valores industriales son, con mucho, los que peores momentos están atravesando. Para ellos el papel se reproduce a diario.

Así, pues, en opinión de los habituales, la incertidumbre de la situación se prolongará aún por algún tiempo, ya que los males de la Bolsa superan ampliamente se problemática como mercado de valores. no siendo, por tanto, de esperar cambios sustanciales en la tendencia en un futuro inmediato.

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