La detención de intelectuales, un paso para la solución del terrorismo en Italia
La detención de un nutrido grupo de intelectuales de la izquierda radical italiana fue calificada ayer por el fiscal general de Padua, Aldo Fais, como el comienzo de una «solución definitiva» del problema terrorista en el país. «La operación policial -añadió- no ha hecho más que comenzar.» Han sido cursados cuarenta mandatos de arresto, pero hasta el momento sólo han sido halladas y detenidas quince personas.Sin embargo, los medios de la izquierda extraparlamentaria califican las detenciones y la acusación formal contra el profesor Antonio Negri de ser el instigador del asesinato de Aldo, Moro...
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La detención de un nutrido grupo de intelectuales de la izquierda radical italiana fue calificada ayer por el fiscal general de Padua, Aldo Fais, como el comienzo de una «solución definitiva» del problema terrorista en el país. «La operación policial -añadió- no ha hecho más que comenzar.» Han sido cursados cuarenta mandatos de arresto, pero hasta el momento sólo han sido halladas y detenidas quince personas.Sin embargo, los medios de la izquierda extraparlamentaria califican las detenciones y la acusación formal contra el profesor Antonio Negri de ser el instigador del asesinato de Aldo, Moro como una medida de presión de cara a las próximas elecciones legislativas, que ayer se convocaron oficialmente para el próximo 3 de junio.
Incluso portavoces del grupo denominado Autonomía Obrera, que se cree muy próximo a las Brigadas Rojas, aseguraron que toda la operación ha sido orquestada por el Partido Comunista que dirige Enrico Berlinguer, que se «ha constituido en el gendarme del régimen».
En los medios intelectuales italianos han causado estupor las acusaciones contra Negri, de quien dice la Magistratura que posee pruebas concluyentes respecto a su participación en la organización del secuestro del dirigente de la Democracia Cristiana Aldo Moro y su posterior asesinato.
La justicia de la capital italiana mantiene además que la voz de Negri ha sido identificada en una llamada telefónica a la entonces esposa de Moro, diciéndole textualmente que «o Zaccagnini (presidente de la DC) acepta las peticiones de Ias Brigadas Rojas, o Moro será ejecutado de inmediato». Pocas horas después apareció el cadáver del histórico dirigente italiano.
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