Tres guardias civiles heridos en Tolosa por explosión de un artefacto accionado a distancia

Tres guardias civiles heridos -uno de ellos de suma gravedades el resultado de un atentado terrorista que se produjo a primeras horas de la mañana de ayer al estallar una potente carga explosiva al paso de un Land Rover del cuerpo que circulaba por una carretera próxima a la localidad guipuzcoana de Tolosa. Los agresores consiguieron huir por el monte, a pesar de ser repetidamente tiroteados por la Guardia Civil.

Las graves consecuencias de este atentado podrían haber aumentado hasta límites insospechados al existir la posibilidad de explosión de los 2.000 kilos de dinamita que transpor...

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Tres guardias civiles heridos -uno de ellos de suma gravedades el resultado de un atentado terrorista que se produjo a primeras horas de la mañana de ayer al estallar una potente carga explosiva al paso de un Land Rover del cuerpo que circulaba por una carretera próxima a la localidad guipuzcoana de Tolosa. Los agresores consiguieron huir por el monte, a pesar de ser repetidamente tiroteados por la Guardia Civil.

Las graves consecuencias de este atentado podrían haber aumentado hasta límites insospechados al existir la posibilidad de explosión de los 2.000 kilos de dinamita que transportaba el camión custodiado de cerca por el convoy de la Guardia Civil. Un segundo artefacto de similares características fue localizado cerca del lugar y desactivado por el equipo de artificieros.A las ocho y diez de la mañana los integrantes del comando dejaron pasar al primer coche policial y al camión cargado con dinamita para activar el artefacto en el momento en que entraba en el radio de acción el Land Rover que cerraba el convoy. La carga explosiva, compuesta por unos cinco kilos de goma-2 mezclados con metralla, para aumentar su capacidad destructora, había sido colocada en un montículo próximo a la bifurcación de la variante de Tolosa que conduce a lzasku. Evidentemente, los autores se habían informado de que este lugar es el paso utilizado con una frecuencia casi diaria por las fuerzas de seguridad encargadas de custodiar los camiones que suministran dinamita a las canteras de esta zona guipuzcoana.

La técnica utilizada en esta ocasión no varía prácticamente de la empleada en otros atentados similares llevados a cabo en el País Vasco. Una vez más la carga había sido conectada a unos cables lo suficientemente largos como para que el comando situado en el extremo tuviese posibilidades razonables de éxito en la huida.

La fuerte onda expansiva alcanzó a la parte derecha del Land Rover y el techo del vehículo fue arrancado de cuajo. Los tres ocupantes heridos al ser alcanzados por la metralla fueron trasladados inmediatamente a diversos centros sanitarios de Tolosa.

Prácticamente la totalidad de los vecinos de la localidad escucharon sobresaltados la fuerte explosión y el posterior tableteo de metralleta, que se convirtió rápidamente en tiros aislados disparados por los miembros de la Guardia Civil que ocupaban el Land Rover que no fue alcanzado por la explosión. Ninguna de las balas alcanzó a los agresores -dos al parecer-, que consiguieron huir en direcciones distintas por el monte, demostrando un conocimiento perfecto de la orografía de la accidentada zona en que se movían.

Un grupo de trabajadores aseguran que vieron huir a una persona joven que corría despotricando en voz alta contra las fuerzas de la Guardia Civil. Nada más conocerse el atentado se instalaron en las carreteras guipuzcoanas estrictos controles, a la vez que fuertes contingentes de la Guardia Civil batían el monte por el que huyeron los agresores.

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El guardia civil Esteban Sáez Gómez -permanecía a últimas horas de ayer internado en la clínica San Cosme y San Damián, de Tolosa, donde el equipo médico que le atiende, tras una intervención quirúrgica, ha calificado su estado de gravísimo. Esteban Sáez, de 33 años, natural del pueblo salmantino de Galundeste, casado y con un hijo, sufre fractura de cráneo con salida de masa encefálica y shock traumático.

Los otros dos heridos -lldefonso Sánchez Amil, de veintitrés años, y Manuel Ruiz Ligero, de treinta- fueron trasladados a la clínica de la Asunción donde mejoran de sus heridas, que, en principio, no revisten gravedad.

Fuentes del centro sanitario donde se encuentran internados los guardias Manuel Ruiz e lldefonso Ligero anunciaron a última hora de la noche que el estado de los agentes había mejorado sensiblemente. El primero de ellos -según estas fuentes- no perderá el ojo derecho.

El otro artefacto

Frente a la primera carga explosiva, al otro lado de la carretera y a una distancia no superior a los diez metros, los agresores habían colocado otro paquete explosivo -diez kilos de goma-2- de similares características al primero, que fue localizado y hecho explosionar por la Guardia Civil en un descampado. No es la primera vez que los comandos armados duplican los artefactos, colocándolos a muy corta distancia, cuando van a llevar a cabo un atentado de estas características. Se ignora, sin embargo, si el móvil para actuar de esta forma es realmente la explosión de ambas cargas al unísono, o por el contrario una segunda trampa para la Guardia Civil, con el riesgo que supone siempre la manipulación de cargas explosivas.El pasado 13 de enero, en la localidad guipuzcoana de Azcoitia, se empleó una fórmula paralela a la utilizada ayer en Tolosa contra la Guardia Civil. En aquella ocasión sólo estalló en un primer momento uno de los dos artefactos aplicados, causando la muerte a dos miembros del cuerpo. En las proximidades del atentado los agentes localizaron un segundo artefacto, que explosionó cuando lo manipulaba uno de los artificieros, que resultó muerto.

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