Recelo hacia la democracia española

«Causa verdadera sorpresa que se piense siquiera en la posibilidad de no celebración de las elecciones convocadas para los próxi mos dias primero de marzo y 4 de abril. Que algunos medios informativos extranjeros, incluso de prestigio, lo acepten siquiera a título de hipótesis improbable es un síntoma de que aún se mira con recelo la adaptación democrática de nuestro país; no la capacidad del pueblo español para la convivericia democrática, que es algo fuera de dudas, sino la capacidad de las viejas estructuras anquilosadas; para romper el cerco de la intemperancia y abrirse al mundo moderno.E...

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«Causa verdadera sorpresa que se piense siquiera en la posibilidad de no celebración de las elecciones convocadas para los próxi mos dias primero de marzo y 4 de abril. Que algunos medios informativos extranjeros, incluso de prestigio, lo acepten siquiera a título de hipótesis improbable es un síntoma de que aún se mira con recelo la adaptación democrática de nuestro país; no la capacidad del pueblo español para la convivericia democrática, que es algo fuera de dudas, sino la capacidad de las viejas estructuras anquilosadas; para romper el cerco de la intemperancia y abrirse al mundo moderno.En el fondo de esa incertidumbre late un viejo prejuicio, amorosamente cultivado durante decenios por la dictadura: la idea, por completo equivocada, de que el sistema democrático es débil para defenderse con eficacia de las agresiones violentas de los enemigos de la libertad.

Cuando el conductor pasa de la carretera a la ciudad, el primer semáforo le obliga a cambiar álgunos esquemas básicos de sus reflejos. Algo así debe hacer el ciudadano, una vez que la Constitución ha marcado la frontera entre la rutinaria dictadura, que dejamos atrás, y la compleja democracia.

El ciudadano no puede plantearse la hipótesis de que una agresión terrorista se traduzca en medidas políticas de excepción, en quebranto grave del sistema. Hay que estudiar cómo contrarrestar el terrorismo, cómo defenderse de sus agentes; pero en modo alguno dejar que influyan en un sentido u otro, en el normal proceso político democrático, del que forman parte las elecciones. »

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, 19 enero

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