El automovilismo norteamericano, millonario en premios y preciso en estadísticas

La federación americana de automovilismo acaba de hacer público su balance anual. En él se ponen al descubierto no sólo las cifras relativas a la propia federación como tal, sino también todos los ingresos millonarios de los pilotos que han tomado parte en carreras en aquel país. Este ejemplo de transparencia federativa, del que deberían de aprender mucho las españolas, deja ver muchas cosas curiosas.Los americanos, en su afán de medir todo, han realizado una profunda estadística sobre quiénes acuden a las carreras. Según los federativos, es la única posibilidad de poder emprender en cada ...

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La federación americana de automovilismo acaba de hacer público su balance anual. En él se ponen al descubierto no sólo las cifras relativas a la propia federación como tal, sino también todos los ingresos millonarios de los pilotos que han tomado parte en carreras en aquel país. Este ejemplo de transparencia federativa, del que deberían de aprender mucho las españolas, deja ver muchas cosas curiosas.Los americanos, en su afán de medir todo, han realizado una profunda estadística sobre quiénes acuden a las carreras. Según los federativos, es la única posibilidad de poder emprender en cada momento las modificaciones precisas para que el espectáculo no sólo no decaiga, si no que aumente de interés.

Así, están en condiciones de afirmar que, en la temporada que acaba de finalizar, ha acudido a las diferentes carreras organizadas en aquel país un 18% más de público que en el año precedente. Al mismo tiempo han podido detectar que un 30% del total del público que acude a las Pruebas tiene más de veinticinco años de edad.

Este tema de las apuestas en los circuitos, que en España nunca se ha acometido con la suficiente entidad, sería una buena solución para incrementar notablemente el número de espectadores que podrían acudir al Jarama o a Calafat, y las federaciones españolas de automovilismo y motociclismo harían muy bien en comenzar a considerarlo en su justa importancia como un revitalizador de su deporte.

Además de los datos antes apuntados, en los estudios que acaba de hacer públicos el máximo organismo del automovilismo deportivo norteamericano puede apreciarse también que un 18% del público total que acude a las competiciones es femenino. Por otra parte, de ese total de espectadores, que en la temporada que acaba de cerrarse superó la cifra de 1.400.000 -lo que, para dieciocho pruebas celebradas, da un promedio nada despreciable de casi 80.000 espectadores por carrera-, el número de negros ha pasado del 9% al 15%

Premios

Por lo que respecta a los ingresos percibidos en materia de premios por cada piloto -la federación no hace público, porque los desconoce, los ingresos de los pilotos en materia de fichajes y por la publicidad que llevan-, los datos ofrecidos por la federación norteamericana ponen de manifiesto que, de promedio, dicha federación ha pagado una cifra próxima a los mil dólares (unas 70.000 pesetas) por cada milla recorrida. Los fabulosos ingresos que percibe la federación le permiten esta generosidad.

En esta temporada, el piloto que más dinero ha ingresado por el capítulo de premios en carreras americanas ha sido Al Unser. Unser, ganador por vez primera en la historia de las tres perlas -Indianápolis, Pocono y Ontario-, se ha embolsado una cifra superior a 600.000 dólares, es decir, casi 45 millones de pesetas. En la pasada temporada, Al Unser sólo consiguió 35 millones por premios en metálico.

En segunda posición de la tabla de ingresos está Tom Sneva, que ha logrado proclamarse campeón sin llegar a ganar ni una sola carrera. Sneva ha alcanzado una cifra de veinticinco millones de pesetas, muy distante de los 45 que consiguió en la pasada temporada.

Cuatro pilotos más han superado los quince millones de pesetas de ingresos por premios en metálico. Johnny Rutherford ha ganado veinte, con lo que su cifra total de ingresos por premios en metálico, en los seis años que lleva corriendo, supera los 105. A.J.Foyt, uno de los veteranos, ha llegado a diecisiete milliones en este año. Con esta cifra, Foyt supera ya los 220 millones de pesetas de ingresos en su dilatada carrera. Por detrás de éstos está Dariny Ongais.

Diez pilotos más han superado la cantidad de siete millones de pesetas de ingresos en esta ternporada en el capítulo de los premios. Resulta curioso también que Mario Andretti, campeón del mundo de fórmula 1 en esta temporada, ocupa el lugar número veinte de la tabla, con más de cuatro millones de pesetas de ingresos por su victoria en la única prueba en la que tomó parte de este millonario campeonato USAC.

Más dinero aún

Pese a que estas cifras puedan parecer astronómicas comparadas con los premios usuales en las carreras europeas -en Europa, los ingresos de los pilotos están más basados en los contratos con las marcas y,en la publicidad, que llevan los pilotos en sus trajes, cascos, parte de la de los coches, etcétera, que en los premios en metálico en las carreras-, casi parecen ridículas con las que se manejan en otras competiciones del motor, no controladas por esta federación, como pueden ser las carreras de dragsters.

Estas curiosas pruebas miden únicamente la aceleración en cuatrocientos metros de unos extraños engendros creados únicamente para este tipo de competición. Los dragsters compiten, de dos en dos, por llegar primero a la meta situada al final de una recta de cuatrocientos metros, al cabo de la cual tienen que abrir un paracaídas por su parte trasera para poder detenerse. Esta particular carrera, que dura aproximadamente siete segundos, permite que un coche pase a la siguiente eliminatoria y el otro quede eliminado. Tras toda una jornada de eliminatorias -estas carreras terminan a la luz de los focos-dos coches llegan a la final. Para el que resulte vencedor, el premio en metálico es superior al millón y medio de pesetas, aunque hay dinero para un gran número de participantes. Si se tiene en cuenta que este tipo de carreras se celebran prácticamente a diario en diferentes estados, y que Garlis, el auténtico número uno de esta especialidad, logra el triunfo en un mínimo de nueve de cada diez carreras en las que participa, y que lo hace en un mínimo de trescientas al año, se comprenderá en seguida que los ingresos de los Unser, Sneva, Rutherford, etcétera, o de los Andretti, Lauda, Hunt y Fittipaldi son incluso ridículos en comparación con aquél.

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