"Reasignar el gasto a través de la reconversión industrial"

La necesidad de proseguir en la tarea de llevar a cabo un ajuste gradual de la economía española, con menor coste social del soportado hasta ahora, y la aplicación de una auténtica política industrial, fueron defendidas ayer por el economista Eduardo Punset, en su intervención en el Círculo de Economía de Barcelona.

Eduardo Punset analizó detenidamente la aplicación y consecuencias del programa Fuentes Quintana, destacando los logros alcanzados en el ámbito financiero. Sin embargo, estimó que la ausencia de una auténtica política industrial y la carencia de una reforma en profundidad de...

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La necesidad de proseguir en la tarea de llevar a cabo un ajuste gradual de la economía española, con menor coste social del soportado hasta ahora, y la aplicación de una auténtica política industrial, fueron defendidas ayer por el economista Eduardo Punset, en su intervención en el Círculo de Economía de Barcelona.

Eduardo Punset analizó detenidamente la aplicación y consecuencias del programa Fuentes Quintana, destacando los logros alcanzados en el ámbito financiero. Sin embargo, estimó que la ausencia de una auténtica política industrial y la carencia de una reforma en profundidad del sistema financiero habían provocado -entre otros motivos- el agravamiento de la situación de muchas empresas y unas tasas de desempleo que doblan a las de hace cuatro años, son las más elevadas de Europa occidental y rayan el límite de lo tolerable social y políticamente.A nivel de propuesta para acometer el proceso de ajuste necesario, Punset citó la estrategia más progresista para reasignar el gasto a través de la reconversión industrial y la política de precios, y la política antiinflacionista de compresión de la demanda interna mediante política monetaria y contención del gasto público. Además, señaló como prioritario dar la vuelta al objetivo que ha presidido la política económica en los últimos doce meses, en aras de mantener unos niveles razonables de empleo, «sin cuya consecución se pondría en peligro la consolidación de la democracia y el sistema de economía social de mercado». Cara a la instrumentación de la política económica inmediata, Eduardo Punset pidió «modestia y flexibilidad» en los planteamientos de los cuadros macroeconómicos, señalando la necesidad de que sean negociadas sus magnitudes. Pidió, asimismo, una desburocratización de la economía a todos los niveles, un reforzamiento del sector público, sin que ello deba ir en contra del privado, y propuso tres soportes básicos sobre los que instrumentar una nueva estrategia industrial: acometer de inmediato un relevo de managers en las empresas, internacionalizar los procesos de producción, y reformar el sistema financiero, concluyendo la paradoja de que España es el único país industrializado que, a partir de la crisis, no ha incorporado nuevos elementos de financiación, sino que, antes bien, los ha visto reducir.

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