La dirección

«La dirección está perdiendo los papeles». «La dirección ha perdido los papeles.» Entre estas dos afirmaciones, cantilena de las hojas informativas del comité de empresa de los trabajadores, traducidas en los medios informativos bien como denuncias de corrupción, bien como desesperada crónica de una programación y, en definitiva, de una televisión inaguantable, media un año de gestión de Fernando Arias-Salgado y su equipo directivo. Equipo, heredado del pasado y que, pese a todas las metamorfosis, demuestra por sí solo que nada tiene que hacer en una televisión que pretende ser transferida a u...

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«La dirección está perdiendo los papeles». «La dirección ha perdido los papeles.» Entre estas dos afirmaciones, cantilena de las hojas informativas del comité de empresa de los trabajadores, traducidas en los medios informativos bien como denuncias de corrupción, bien como desesperada crónica de una programación y, en definitiva, de una televisión inaguantable, media un año de gestión de Fernando Arias-Salgado y su equipo directivo. Equipo, heredado del pasado y que, pese a todas las metamorfosis, demuestra por sí solo que nada tiene que hacer en una televisión que pretende ser transferida a un Estado democrático. Gestión que, salvadas las distancias entre dictadura y democracia, ha sido la peor de los veintidós años de historia de TVE.El espectáculo que el pasado jueves ofreció el equipo directivo de RTVE en la Delegación Provincial del Ministerio de Trabajo (Madrid), refleja la descomposición interna de la dirección. Al frente de la representación de la empresa se encontraba el subdirector general, Ignacio Martínez Echevarría, Francisco López Arenosa (director de administración y finanzas), Antonio del Olmo (director de ordenación social y personal) más los directores de personal de RNE, de TVE y dos asesore jurídicos. El equipo directivo se presentó en la Delegación hacia las seis de la tarde para proseguir el intento de mediación en la huelga. Los representantes de los trabajadores informaron al equipo directivo de que por la mañana ya se había celebrado un acto de mediación por intervención de Juan José Rosón, y que por la tarde el director general negociaría directamente con el comité de huelga en el Ministerio de Cultura. Algunos miembros del equipo directivo, estupefactos, no pudieron controlar las muestras de disgusto y desagrado por no haber sido advertidos, ni ellos ni el delegado provincial de Trabajo, del cambio en las negociaciones. Como si el señor Arías-Salgado no soportase ya ni a su propio equipo directivo.

Y es que ya no tiene piezas de recambio, como demuestra este ejerríplo: en el verano pasado, Ignacio Martínez Echevarría le comunica a Antonio del Olmo su cese en la Dirección de Ordenación Sociat y Personal, porque había tenido graves divergencias con Arias-algado al exigir que se aplicase la ley especialmente en los asuntos relacionados con la contratación de personal. Martínez Echevarría le propone el cargo a Guillermo Montes (actualmente en el Instituto Oficial de Radiodifusión, vicepresidente de programas culturales de la OTI, prebenda otorgada por el todopoderoso Luis Ezcurra). Pero el señor Montes no acepta, después de un viaje a México, al comprobar que la dirección ha sido desmantelada en otras cuatro direcciones por resolución de 23 de octubre de este año (de nuevo otro cambio en el organigrama). Martínez Echevarría nombra entonces a Antonio Reina, amigo y también compañero del cuerpo de Hacienda. El señor Reina es presentado en las dependencias administrativas de Somosaguas como el sustituto de Antonio del Olmo. Pero el comité de empresa protesta porque Antonio Reina es un hombre ajeno al medio RTVE. Y entonces, no quedó otra solución que suplicarle a Del Olmo que no se diese por cesado, que continuase en el cargo. Caos directivo de suficiente elocuencia.

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