Gente joven

Kubala ha tirado por la ventana su cómoda casa de convocar jugadores «seguros» para amarrar los puntos, aunque encima se juegue mal, como ante Chipre. Al fin se ha acordado de la mayoría de gente joven, aprovechable para el Mundial 82, con vistas a enfrentarse a Italia, en partido amistoso, el próximo día 20.Lo triste es que haya comentado: «Se llama a los jóvenes cuando se puede.» ¿Sólo se puede ahora, seleccionador? No, evidentemente, no. Nadie se habría rasgado las vestiduras si hace tiempo, nada más volver del Mundial, los rectores del fútbol español hubiesen anunciado que todos los partid...

Kubala ha tirado por la ventana su cómoda casa de convocar jugadores «seguros» para amarrar los puntos, aunque encima se juegue mal, como ante Chipre. Al fin se ha acordado de la mayoría de gente joven, aprovechable para el Mundial 82, con vistas a enfrentarse a Italia, en partido amistoso, el próximo día 20.Lo triste es que haya comentado: «Se llama a los jóvenes cuando se puede.» ¿Sólo se puede ahora, seleccionador? No, evidentemente, no. Nadie se habría rasgado las vestiduras si hace tiempo, nada más volver del Mundial, los rectores del fútbol español hubiesen anunciado que todos los partidos de la Eurocopa y, por supuesto, los amistosos, se iban a utilizar para foguear jugadores aptos en el torneo de 1982.

Pero no es tan fácil perder las primas de un presente cuando no se sabe ni siquiera el buen camino del futuro. El miedo a no ganar -en el campo y en especies- es el gran mal que el fútbol-deporte-espectáculo ha hecho y sigue haciendo sin que alguien tenga el valor de cortarlo con la palmaria razón de un Mundial propio al fondo.

Poco se puede hacer, claro, cuando se producen acciones tan lamentables como la de Rubén Cano, en Salamanca -aunque haya pedido finalmente perdón, después de negarlo mucho-, y todo el mundo se deshizo en consuelos y ánimos para él. Nadie habló de sanciones. El caso de Juanito y sus soflamas también está reciente.