Hoy se reanudan las conversaciones exploratorias hispano-británicas sobre Gibraltar

España y Gran Bretaña reanudan hoy en Madrid unas segundas conversaciones políticas y técnicas en torno a Gibraltar. En el plano político, la parte española espera las garantías necesarias que conduzcan estas discusiones exploratorias al rango de negociación. Por el lado británico se busca a corto plazo el desbloqueo de las restricciones Marítimas impuestas por el Gobierno de Madrid a la roca, de acuerdo con el tratado de Utrech.

Por segunda vez en lo que va d año se reúnen los llamados grupos de trabajo hispano-británicos sobre Gibraltar. El pasado verano, en Londres, estos grupos que ...

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España y Gran Bretaña reanudan hoy en Madrid unas segundas conversaciones políticas y técnicas en torno a Gibraltar. En el plano político, la parte española espera las garantías necesarias que conduzcan estas discusiones exploratorias al rango de negociación. Por el lado británico se busca a corto plazo el desbloqueo de las restricciones Marítimas impuestas por el Gobierno de Madrid a la roca, de acuerdo con el tratado de Utrech.

Por segunda vez en lo que va d año se reúnen los llamados grupos de trabajo hispano-británicos sobre Gibraltar. El pasado verano, en Londres, estos grupos que discuten a título exploratorio y en sus niveles político y técnico la cuestión gibraltareña esperan obtener del diálogo la posibilidad de negociar y de romper el impasse actual en que se encuentran estas conversaciones.En el plano técnico, tres son los aspectos en discusión: las comunicaciones telefónicas -abiertas de motu proprio por España desde la Navidad de 1977-, las comunicaciones marítimas y las indemnizaciones aún pendientes que la Seguridad Social del peñón debe a los ex trabajadores españoles en la roca. Londres quiere avanzar en la ruptura del cerco marítimo y Madrid desea obtener garantías de una negociación formal, como principio político, para negociar todo, y aquí incluida la soberanía de Gibraltar, más el futuro de la Población y de la base militar. La parte española establece e paralelismo entre la negociación y las restricciones, y los británicos quieren la apertura del cerco como elemento clave para crear lo que ellos llaman un clima de predisposición de la población gibraltareña, aunque bien saben que el tema es político y depende del Foreign Office más que de las autoridades gibraltareñas.

Al igual que ocurrió en Londres, la negociación tendrá dos planos: una política diplomática que reunirá a los dos primeros delegados británicos -el secretario de Estado adjunto del Foreign Office, Fergusson, y el gobernador adjunto de Gibraltar, O'Neil- con el director general para Europa del Ministerio español de Asuntos Exteriores, Elías, y un miembro del gabinete del ministro, Cuenca, y otra más técnica en la que participarán, en la delegación del Reino Unido, los señores Ralph y Urwick, y los gibraltareños (en la delegación británica) Pitaluga (secretario de Sir Jossua Hassan), Garese, Hayworth, Parry y Fortunato (expertos en cuestiones de pensiones, portuarias, jurídicas y telefónicas, respectivamente).

La parte técnica sólo tiene un mandato exploratorio y en cierta manera estará sometida a los resultados de los trabajos políticos. Trabajos que se iniciaron hace ya varios meses en los contactos personales Owen-Oreja, en las sesiones conjuntas con presencia de gibraltareños en Estrasburgo y París, y que podrían o deberían quedar listos para sentencia en la próxima reunión ministerial que Oreja y Owen tienen prevista.

En la reunión de París, el ministro Oreja hizo una exposición general sobre la visión española del problema gibraltareño y desarrolló un posible plan negociador de compromiso sobre las cuestiones relativas a la soberanía territorial, al futuro de la base (vale la pena recordar aquí que el congreso de UCD se declaró favorable al ingreso de España en la OTAN previa solución o principio de solución de la cuestión gibraltareña) y a la situación de la población gibraltareña. España presenta, en estos tres apartados, un amplio abanico de posibilidades de compromiso. Pero todo ello depende, por el momento, de la voluntad negociadora que pueda demostrar Gran Bretaña.

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