Tribuna:

Juanito y el "antidoping"

Las mayores ovaciones del próximo domingo en el Bernabéu serán para Juanito. Los madriditas son muy suyos y, tal y como les enseñó su extinto patriarca Santiago Bernabéu, defienden lo propio contra viento y marea. Salvo, claro está, cuando lo que ponen en entredicho es a la propia entidad. Por ahora Juanito, visto el tema desde casa, ha sido tratado injustamente. Falta poco para que alguien invente que hay una campaña internacional contra el Madrid.La directiva madridista no sabe cómo tratar a Juanito. Se le escapa de las manos. Por ahora, todo han sido paños calientes. Lo malo es que a...

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Las mayores ovaciones del próximo domingo en el Bernabéu serán para Juanito. Los madriditas son muy suyos y, tal y como les enseñó su extinto patriarca Santiago Bernabéu, defienden lo propio contra viento y marea. Salvo, claro está, cuando lo que ponen en entredicho es a la propia entidad. Por ahora Juanito, visto el tema desde casa, ha sido tratado injustamente. Falta poco para que alguien invente que hay una campaña internacional contra el Madrid.La directiva madridista no sabe cómo tratar a Juanito. Se le escapa de las manos. Por ahora, todo han sido paños calientes. Lo malo es que ahora podría producirse una querella contra el jugador, por lo que se entiende como difamación de los profesionales del balón. La gravedad del tema va más allá de las actitudes individuales o colectivas que pueden tomar jugadores o clubs. El denunciar que existe doping obliga a la Federación a tomar cartas en el asunto.

Hace unos años, por cuestión similar, fue llamado a declarar un masajista que hizo afirmaciones que atentaban contra el prestigio de clubs y entrenadores. Con Juanito, aunque sea internacional y no subalterno de un club de segunda, debe adoptarse, al menos, idéntica postura.

Al margen de lo que al jugador pueda ocurrirle en el plano disciplinario, resulta evidente que la Federación debería adoptar medidas que ya son usuales en los grandes acontecimientos deportivos. La sospecha del doping existe. Establecer el control podría ser una medida prudente. Al menos se abortarían las tentaciones de los desaprensivos.

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