Expolio navideño

«Para la abrumadora mayoría de los españoles la Navidad ha dejado de ser la fecha familiar y pacífica de antaño para convertirse en un temible expolio, en una agresión en toda la regla no sólo contra la economía de las familias, sino contra el sistemwnervioso y la propia identidad personal de sus responsables.No se trata solamente de las coyunturales subidas de los precios, sino de otros sistemas más sutiles de violentar la vida cotidiana, como, por ejemplo, el establecimiento de sistemas coactivos instaurados en el interior de la familia por la presión comercial.

El primero y más intol...

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«Para la abrumadora mayoría de los españoles la Navidad ha dejado de ser la fecha familiar y pacífica de antaño para convertirse en un temible expolio, en una agresión en toda la regla no sólo contra la economía de las familias, sino contra el sistemwnervioso y la propia identidad personal de sus responsables.No se trata solamente de las coyunturales subidas de los precios, sino de otros sistemas más sutiles de violentar la vida cotidiana, como, por ejemplo, el establecimiento de sistemas coactivos instaurados en el interior de la familia por la presión comercial.

El primero y más intolerable de estos sistemas es el que utiliza al niño como factor mediador sobre las compras navideñas de sus padres.

El niño, en efecto, es manipulado ferozmente, golpeado una y otra vez por la catarata de spots que orientan sus gustos, sus necesidades y, de rechazo, las de sus padres. El destinatario habitual de la publicidad televisiva es, en buena parte, el niño. Pero por estas fechas, y a medida que la Navidad se acerca, su protagonismo comienza a ser casi absoluto. Al niño se le abruma con una serie de estímulos que lo convierten en instrumento de una desaforada presión comercial y ambiental, hasta límites impúdicos.»

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29 noviembre

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