Jesús Polanco, nuevo miembro de la junta de fundadores de PRISA

La junta general extraordinaria de Prisa -editora de EL PAÍS- eligió ayer miembro de la junta de fundadores de la sociedad a Jesús Polanco, actual consejero delegado de la sociedad, que cubre la vacante dejada por Carlos Mendo. La junta aprobó también por aclamación la designación de Guillermo Uña como consejero en sustitución de Julián Marías, que presentó su dimisión el pasado mes de mayo.

La junta no pudo tomar decisiones sobre el primer punto del orden del día, referente a la supresión, modificación o renovación de la junta de fundadores, ya que ello implica un cambio de estatutos, ...

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La junta general extraordinaria de Prisa -editora de EL PAÍS- eligió ayer miembro de la junta de fundadores de la sociedad a Jesús Polanco, actual consejero delegado de la sociedad, que cubre la vacante dejada por Carlos Mendo. La junta aprobó también por aclamación la designación de Guillermo Uña como consejero en sustitución de Julián Marías, que presentó su dimisión el pasado mes de mayo.

La junta no pudo tomar decisiones sobre el primer punto del orden del día, referente a la supresión, modificación o renovación de la junta de fundadores, ya que ello implica un cambio de estatutos, para lo que la ley exige un quorun de la mitad más uno de los accionistas y de las acciones en segunda convocatoria. Estaban presentes o representados un 40% de los accionistas de la sociedad -1.104-, y un 70% del eapital -trescientos millones de pesetas divididos en 30.000 votos-. Previo al inicio de la junta, se guardó un minuto de silencio por los fallecimientos de Andrés Fraguas, trabajador víctima del atentado contra EL PAÍS, y Alfonso de Cossío, consejero de la sociedad.El presidente, José Ortega, informó al comienzo de la reunión que ésta se había convocado ante las demandas de un grupo de accionistas, en la junta ordinaria de la sociedad celebrada en mayo, que reclamaron la supresión de la junta de fundadores, por considerar que coartaba el funcionamiento democrático de la sociedad ante la concentración de funciones que tiene y su carácter de perpetua e inmodificable. Señaló más adelante que según un informe emitido por el catedrático de Derecho mercantil Manuel Broseta, accionista de Prisa, la modificación de los estatutos de la sociedad para suprimir o variar la junta de fundadores puede hacerse por acuerdo de los socios. Para no ser impugnada esta decisión, sería recomendable que los miembros de la junta de fundadores pusieran sus cargos a disposición de la junta general. Los cuatro miembros de la junta de fundadores (José Ortega, Juan José de Carlos, Ramón Jordán de Urríes y Darío Valcárcel), después de examinar en diversas reuniones casi una docena de propuestas, no han llegado a ponerse de acuerdo sobre las condiciones para una limitación de atribuciones.

El primer accionista que tomó la palabra fue el señor González Páramo, que leyó una propuesta en nombre de dieciséis personas y de 1.046 votos. Señaló que el periódico EL PAÍS se ha apartado de su línea fundacional, en cuanto a contenidos ideológicos y que en él se ha producido una concentración de poder. Defendió el mantenimiento de la junta de fundadores como órgano que vele por el pluralismo y la independencia. Se opuso a la concentración de cargos ejecutivos en la empresa y miembros de la junta de fundadores. Invitó a los presentes a adherirse a un sindicato de accionistas, propuesto para velar por la independencia del periódico, y amenazó con impugnar todas las decisiones que no se adapten al planteamiento de su propuesta. Criticó la línea del periódico, su partidismo y su falta de objetividad.

Darío Valcárcel, ex subdirector del periódico, secretario del consejo y de la junta de fundadores, opuesto a su desaparición, habló a continuación en nombre propio para manifestar su sorpresa por el intento de suprimir la junta de fundadores, que debe velar por la independencia, equilibrio de fuerzas y respeto a objetivos fundacionales. Dijo: «Al menos dos miembros de la junta estamos dispuestos a renunciar si hay personas decididas a defender la independencia de esta empresa con la claridad y dosis de riesgo con que lo hemos hecho nosotros.» Anunció que si no hay acuerdo unánime de los socios para modificar estatutos impugnaría judicialmente el acuerdo. Dijo que la sociedad está en un momento crítico y que es preciso crear un órgano que salvaguarde su independencia política y económica. Defendió más adelante los derechos de las minorías frente a las mayorías y pidió que el consejero-delegado fuera inelegible para el puesto vacante en la junta de fundadores, ya que ello supondría una concentración de poder «irreversible y perniciosa».

Después de intervenciones de algunos accionistas que replicaron al señor González Páramo y pidieron que no fueran tan frecuentes en el periódico los artículos del señor Fraga habló Manuel Broseta, que manifestó su estupor ante las amenazas de impugnaciones antes de que se llegue a acuerdos. Dijo que las minorías deben respetar a las mayorías, exponer sus posiciones y aguardar su turno. Señaló que la junta de fundadores debe revisar sus competencias, está dividida y debe recomponerse. Finalizó diciendo que cuando lee EL PAÍS todos los días se siente orgulloso de haber contribuido a su creación.

El señor Vidal Beneyto destacó la crisis de la prensa escrita en Europa y la buena marcha de EL PAÍS en estos difíciles momentos. Afirmó que el periódico ha cumplido con su objetivo de cooperar a la democracia en España la integración en Europa y la defensa del pluralismo.

El señor Chueca habló para indicar que, aunque en la anterior junta había abogado por la desaparición de la junta de fundadores, en estos momentos creía conveniente mantenerla con su actual estructura, no designar nuevos miembros y organizar un órgano de vigilancia para el que se designarían democráticamente las personas oportunas en representación de las distintas tendencias.

Se procedió después a la votación del nuevo miembro de la junta de fundadores en base a una terna propuesta a los accionistas por la propia junta de fundadores. Jesús de Polanco obtuvo la victoria por una amplísima mayoría.

Antonio Menchaca, ex consejero de la sociedad, intervino finalmente para felicitar al señor Polanco por su nombramiento, aunque se quejó de que se había hecho después de una discusión confusa, con apasionamiento y sin reflexión. Dijo que discrepaba de los procedimientos, aunque estaba de acuerdo con la línea de fondo del periódico.

Por aclamación se aprobó el último punto del orden del día referido a la confirmación del nombramiento de consejero a favor de Guillermo Uña.

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