Treinta mil ciclistas recorrieron Madrid bajo la lluvia

Madrid no tiene carril-bicicleta y no tiene zonas acotadas para pasear en bicicleta; en Madrid, el que tiene una bici la guarda en casa a la espera del verano para llevársela al chalet que alquila y desde donde hace -como mucho- excursiones mañaneras por la sierra. Y en Madrid hay muchas bicicletas, por lo menos 30.000, que fueron las que ayer salieron a la calle para tomar parte en el paseo convocado por Radio Popular y patrocinado por un Ayuntamiento que sigue sin brindar a los madrileños una zona donde puedan montar en bicicleta sin sobresaltos.A las diez de la mañana el parque del Retiro f...

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Madrid no tiene carril-bicicleta y no tiene zonas acotadas para pasear en bicicleta; en Madrid, el que tiene una bici la guarda en casa a la espera del verano para llevársela al chalet que alquila y desde donde hace -como mucho- excursiones mañaneras por la sierra. Y en Madrid hay muchas bicicletas, por lo menos 30.000, que fueron las que ayer salieron a la calle para tomar parte en el paseo convocado por Radio Popular y patrocinado por un Ayuntamiento que sigue sin brindar a los madrileños una zona donde puedan montar en bicicleta sin sobresaltos.A las diez de la mañana el parque del Retiro fue tomado por miles y miles de ciclistas. Niños de incluso cuatro años, ancianos de hasta 84, esperaban emocionados el momento de la salida. La protesta por la contaminación, por tener un lugar por donde circular con bicicleta, por la deshumanización de Madrid, iba a comenzar. Tipos con vestiduras extravagantes, con aletas en los pies, ponían la nota discordante, exagerada y absurda, de un paseo llamado fiesta y que muchos se lo tomaron al pie de la letra.

En la salida se hicieron tres grupos. El primero salió a las diez y cinco y los otros con intervalos de un kilómetro. Los pelotones comenzaron a estirarse ya las 10.52 el primer participante llegaba a la meta, también instalada en El Retiro, cuando aún había gente que no había salido. Eran 12.000 personas las inscritas, pero otras muchas más las que participaron espontáneamente, bien desde el comienzo, bien desde diversos puntos del recorrido.

Tortilla y chuletas

Hubo quienes se llevaron la tortilla o las chuletas. Impertérritos ante la lluvia comieron e incluso repartieron la comida sentados en el suelo para proseguir después la carrera. La solidaridad nunca faltó entre los participantes. A quien pinchó nunca le faltó ayuda hasta por parte del público, que en todo momento ofrecía desde las casas frutas, bebidas o tiritas para los que habían sufrido alguna caída.Otra nota discordante la pusieron algunos automovilistas. No toleraron la intromisión de esos ciclistas participantes en una fiesta perfectamente autorizada e hicieron sonar las bocinas de sus vehículos con una insistencia reprochada por los participantes. La Policía Municipal siempre dio preferencia al paso de la carrera, lo que originó grandes atascos. Durante toda la semana se había repetido insistentemente en los medios de comunicación que se evitaran las calles por las que pasarían los ciclistas.

El atasco alcanzó, según informó Europa Press, al obispo auxiliar de Madrid, por lo que no pudo oficiar la misa en la catedral con motivo de la festividad de la Virgen de la Almudena, patrona de Madrid. Monseñor Ricardo Blanco llamó por teléfono para explicar los motivos de su demora y tras veinte minutos de espera, el vicario episcopal Antonio García ofició la misa ante las primeras autoridades civiles de la capital que sí pudieron, al menos algunos, evitarla congestión del tráfico.

El 90% llegó a la meta

A la una del mediodía, los últimos corredores llegaron al Retiro. Pudo calcularse que el 90% de los que participaron habían recorrido los veinte kilómetros del paseo por las calles principales de Madrid.La experiencia que ayer vivió Madrid demostró que hay 30.000 personas -datos facilitados por la Policía Municipal- que están dispuestas a montar en bicicleta. Con que sólo la mitad de ellas dejara el coche en casa, a cambio de un carril-bici o zonas apropiadas que les ofrecieran seguridad, Madrid y otros lugares aliviarían una parte de sus problemas.

La Fiesta de la Bicicleta constituyó la mayor manifestación deportiva y de protesta convocada en España. Hasta ayer 8.000 personas era el número máximo que se había dado cita en las calles para hacer deporte -fue con ocasión de la maratón popular de Madrid-. El pueblo quiere que el deporte sea un derecho suyo.

Una vez más ha quedado patente que si el pueblo español no hace más deporte es porque nunca sus mandatarios lo supieron organizar y decirle cómo lo tenía que hacer. Curiosamente, desde que se llevó a cabo la maratón antes mencionada todos los grandes acontecimientos deportivos en favor del pueblo salieron de entidades que están to talmente al margen de las federaciones.

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