Sobre ciertas declaraciones de ciertos vascos

Me han causado mucha «gracia» algunas de las afirmaciones que se hacen en las cartas publicadas el día 11 de octubre relativas al País Vasco, tales como: «Somos la oveja negra» A mí estas cosas me desconciertan. ¡Qué tendríamos que decir los extremeños o los andaluces! Me gustaría saber cuántos vascos han tenido que abandonar su tierra, sus costumbres e incluso a veces su familia para venirse a trabajar a Extremadura; sin embargo, sí puedo afirmar que miles de extremeños han tenido que abandonar todo eso para irse a trabajar, o a buscar trabajo, al País Vasco o a Cataluña, y encima se han sent...

Me han causado mucha «gracia» algunas de las afirmaciones que se hacen en las cartas publicadas el día 11 de octubre relativas al País Vasco, tales como: «Somos la oveja negra» A mí estas cosas me desconciertan. ¡Qué tendríamos que decir los extremeños o los andaluces! Me gustaría saber cuántos vascos han tenido que abandonar su tierra, sus costumbres e incluso a veces su familia para venirse a trabajar a Extremadura; sin embargo, sí puedo afirmar que miles de extremeños han tenido que abandonar todo eso para irse a trabajar, o a buscar trabajo, al País Vasco o a Cataluña, y encima se han sentido enorme e injustificadamente discriminados por muchos de los habitantes de aquellas tierras, ¡no digo por todos!Si en vez de llevarse los productos que aquí se obtienen con mucho trabajo y poca compensación a otras regiones, donde han de producir las ganancias más sustanciosas, se hubieran creado aquí las industrias necesarias para crear los puestos de trabajo suficientes para evitar la emigración en masa, esos trabajadores podrían haberse quedado en su tierra con sus gentes.

Nosotros no reclamamos «derechos históricos» ni privilegios sobre las demás regiones, simplemente pedimos justicia.

Alguien ha hablado sobre las plusvalías creadas por el trabajo de extremeños en otros puntos de España que habrían de ser reintegradas a Extremadura; no soy experto en esa materia y no quiero opinar, pero ahí queda.

Confío en que las regiones más desarrolladas del país, y todos saben a cuáles me refiero, haciendo honor al principio de solidaridad entre los pueblos, ayuden a esas otras que con el sacrificio de muchos de sus hijos han contribuido, y no poco, a ese desarrollo, y que a la hora de restaurar a cada uno lo suyo sean tan generosas como a la hora de exigir.

Y que conste que,admiro al pueblo vasco y apoyo sus justas reivindicaciones autonómicas, pero ciertas cosas no se pueden afirmar tan a la ligera.