Confusión en torno a las causas del asesinato del abogado Martín Peña

Rafael Martín Peña Manrique, de 46 años, abogado y ex presidente de la Federación Española de Judo, fue asesinado ayer de un disparo en la frente cuando, sobre la una menos diez de la madrugada, entraba en el portal de su domicilio, situado en la calle del General Mola, 82. El señor Martín Peña era abogado, con bufete propio, aparte de ser delegado en Madrid de Proasa, empresa de protección y asesoramiento jurídico.

Según la versión obtenida por EL PAIS, el señor Martín Peña regresó a su domicilio a la una menos diez de la mañana, minutos después de que hubiera telefoneado a su esposa, ...

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Rafael Martín Peña Manrique, de 46 años, abogado y ex presidente de la Federación Española de Judo, fue asesinado ayer de un disparo en la frente cuando, sobre la una menos diez de la madrugada, entraba en el portal de su domicilio, situado en la calle del General Mola, 82. El señor Martín Peña era abogado, con bufete propio, aparte de ser delegado en Madrid de Proasa, empresa de protección y asesoramiento jurídico.

Según la versión obtenida por EL PAIS, el señor Martín Peña regresó a su domicilio a la una menos diez de la mañana, minutos después de que hubiera telefoneado a su esposa, Carmen Cabrerizo, para pedirle que le bajara al portal la llave, que se le había olvidado. Se desconoce si la mujer bajó y escondió la llave en uno de los huecos de la puerta o si únicamente la dejó entornada, aunque esta última hipótesis puede ser la más acertada, ya que cuando Rafael Martín Peña entró en el hall del portal, el agresor debía encontrarse en el interior a la espera.Ante la falta de personas que escucharan los dos disparos (las plantas baja y, primera están ocupadas por oficinas) se especula con la posibilidad de que el abogado recibiera el impacto unos tres metros delante del ascensor, una vez subidos los escalones de entrada. La agresión debió realizarse a quemarropa, y uno de los disparos alcanzó al señor Martín Peña en la sien izquierda produciéndole una herida mortal.

La policía encontró minutos después dos casquillos de bala del calibre nueve milímetros corto; sin embargo, no se encontró en el cuerpo, ni en el portal, el orificio producido por la segunda bala, lo que induce a pensar también que el fallecido pudo ser asesinado en otro sitio y trasladado al portal de su casa. Los autores de la muerte habrían dejado, según esta teoría, los dos casquillos de bala junto al cuerpo. Esto explicaría en parte que nadie escuchara las detonaciones.

Su esposa encontró el cadáver

Poco antes de la una de la mañana, dos transeúntes, cuya identidad no se ha facilitado, se dieron cuenta de que en el portal del número 82 había un hombre tirado en el suelo, que sangraba por la cabeza; este detalle lo pudieron apreciar, según informaron posteriormente, gracias a la luz del ascensor. Avisada la policía, fue enviado un coche patrulla cuya dotación intentó, mediante el claxon del vehículo, despertar a algún vecino para que abriera la puerta. La esposa del abogado se asomó a la ventana y, ante la solicitud de la policía, bajó al portal encontrando a su marido en estado grave.En el mismo vehículo policial, el señor Martín Peña fue trasladado a la Ciudad Sanitaria Francisco Franco, donde ingresó cadáver. Los médicos pudieron apreciar una herida de bala con orificio de entrada por la sien izquierda y orificio de salida por el auricular derecho.

El señor Martín Peña no pertenecía, según manifestó su esposa, a ningún partido político. Casado y con cinco hijos, tres hijas y dos hijos, de edades comprendidas entre los ocho y los veinte años, Rafael Martín Peña había sido vicepresidente de la Federación Española de Judo desde 1972 hasta el mes de abril de este año, en que fue presidente durante dos meses.

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Rafael Martín se enfrentó con la Dirección General de Deportes cuando al entonces presidente de la Federación Española de Judo, señor García de la Fuente, se le abrió procedimiento en el que figuraban cargos como el de malversación de fondos. El señor Martín Peña declaró a la prensa que Benito Castejón, director general de Deportes, había negociado el sobreseimiento de las actuaciones a cambio de que el señor García de la Fuente dimitiera de su puesto como presidente. El citado procedimiento, sin embargo, no fue negociado, sino que demostró finalmente la no culpabilidad del señor García de la Fuente, quien, a pesar de todo, dimitió a continuación, permitiendo así el acceso a la presidencia en funciones del señor Martín Peña. Posteriormente, y al convocarse elecciones, el señor García de la Fuente presentó su candidatura al puesto de presidente, que no fue admitida por la Dirección General de Deportes y provocó la dimisión del presidente en funciones en solidaridad con el señor De la Fuente.

Al margen del deporte, el fallecido era abogado en ejercicio, con despacho propio y delegado en Madrid de Proasa (Protección y Asesoramiento, SA). En la citada empresa, en la que llevaba muchos años, había ocupado los cargos de presidente y vicepresidente del consejo de administración. Proasa se dedica a la asesoría jurídica de numerosas empresas, tanto en el plano laboral como social. Esta relación con el mundo laboral se completaba con los casos que el señor Martín Peña llevaba privadamente. Era asimismo magistrado de la Presidencia del Gobierno.

Uno de los dos hermanos del fallecido, también abogado, manifestó en el domicilio de la víctima que no podía hacer ningún tipo de declaraciones; en el domicilio, en la mañana de ayer, se encontraba la esposa «con un fuerte shock» y los hijos.

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