Los controladores franceses reanudaron ayer su huelga

La primera jornada de la nueva huelga de celo de los controladores aéreos franceses no provocó excesivos trastornos en la navegación, aérea europea ni en los aeropuertos españoles Durante todo el día de ayer, los vuelos con origen o destino en Francia o que debían atravesar su espacio aéreo sólo sufrieron retrasos máximos de una hora. La compañía española Ibería no se vio obligada a cancelar ningún vuelo de los programados.A primeras horas de la mañana de ayer se produjeron algunos trastornos importantes en el aeropuerto parisiense de Orly, al coincidir el inicio de la huelga de los controlado...

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La primera jornada de la nueva huelga de celo de los controladores aéreos franceses no provocó excesivos trastornos en la navegación, aérea europea ni en los aeropuertos españoles Durante todo el día de ayer, los vuelos con origen o destino en Francia o que debían atravesar su espacio aéreo sólo sufrieron retrasos máximos de una hora. La compañía española Ibería no se vio obligada a cancelar ningún vuelo de los programados.A primeras horas de la mañana de ayer se produjeron algunos trastornos importantes en el aeropuerto parisiense de Orly, al coincidir el inicio de la huelga de los controladores con una espesa niebla que obligó a desviar al norte y sur del país a numerosos vuelos. Sin embargo, y a pesar de las amenazas en la aplicación de reglamentos, a lo largo de la jornada fue normalizándose la situación.

En el aeropuerto de Son San Juan, en Palma de Mallorca, se temía ayer por un agravamiento de la situación durante el fin de semana, especialmente por el elevado número de vuelos programados. Sin embargo, fuentes del Ministerio de Transportes y Comunicaciones señalaron su convencimiento de que las medidas de emergencia previstas serían suficientes para evitar excesivos problemas a los pasajeros. Las aludidas medidas son las ya aplicadas en julio y agosto por la Administración.

Esta nueva huelga de celo de los controladores franceses es consecuencia del fracaso de sus negociaciones con el Gobierno de Raymond Barre.

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