El líder de Alianza Popular insiste: "A la policía le falta apoyo del Gobierno"

Manuel Fraga, secretario general de Alianza Popular (AP), ha respondido con un largo comunicado a la alusión hecha en la noche del pasado lunes, día 4, por el ministro del Interior, Rodolfo Martín Villa, en la rueda de prensa recogida por Televisión Española, a unas declaraciones realizadas anteriormente en Orense por el dirigente de AP sobre el conflicto surgido en la policía.El comunicado del señor Fraga dice, entre otras cosas, lo siguiente:

«1. Comprendo perfectamente los problemas del señor Martín Villa, habiendo tenido la honra de enfrentarme con la seria responsabilidad de...

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Manuel Fraga, secretario general de Alianza Popular (AP), ha respondido con un largo comunicado a la alusión hecha en la noche del pasado lunes, día 4, por el ministro del Interior, Rodolfo Martín Villa, en la rueda de prensa recogida por Televisión Española, a unas declaraciones realizadas anteriormente en Orense por el dirigente de AP sobre el conflicto surgido en la policía.El comunicado del señor Fraga dice, entre otras cosas, lo siguiente:

«1. Comprendo perfectamente los problemas del señor Martín Villa, habiendo tenido la honra de enfrentarme con la seria responsabilidad de mantener el orden público en momentos de transición política. Comprendo, igualmente, los nervios del señor ministro del Interior, en un momento en que su gestión está mereciendo una reprobación general desde los más diversos sectores. Lo que no cabe aceptar es que se informe tan mal sobre las palabras que un diputado haya podido expresar sobre la misma.

2. En una reunión con los medios informativos de Orense se me hicieron (el pasado día 2) dos preguntas conjuntamente: si la policía española era eficiente y si estaba suficientemente respaldada. Mi respuesta fue que, efectivamente, las dos preguntas estaban muy relacionadas: hasta hace poco, bien respaldada, nuestra policía era muy eficiente. El señor Martín Villa, que en diversas circunstancias ocupó cargos de gran importancia (entre ellos, el de gobernador civil de Barcelona), no puede ignorarlo.

3. No he realizado ningún comentario público a la nota de la Asociación Profesional de la Policía. Son temas muy delicados y mi sentido de la responsabilidad me ha impedido hacerlo. Pero una cosa sí debe decirse. Siempre será discutible si la Magistratura o la policía deben tener o no este tipo de asociaciones; pero una vez que se autorizan (responsabilidad que corresponde al señor Martín Villa), lo que no cabe esperar es que no actúen; ni que se limiten a tratar de los derechos de jubilación y no del derecho a la vida de sus miembros. La reacción del ministro expedientando a los directivos es inverosímil.

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4. Es función seria del Gobierno mantener la disciplina de sus servidores; pero eso se hace, no dando palos de ciego, ni cambiando constantemente a los mandos, ni dejando a las fuerzas sin el apoyo moral necesario, sino con el ejemplo, el sentido claro de la dirección del Estado, la autoridad que nace de la coherencia en el servicio público.

5. Es cierto que hubo una coincidencia entre la nota en cuestión, y reiteradas declaraciones mías de la inutilidad de nuevos comunicados de simpatía a las fuerzas con motivo de atentados cada vez más frecuentes. El grupo parlamentario de AP se negó, en las dos últimas ocasiones, a participar en uno de estos comunicados conjuntos del Congreso de los Diputados, dando con ello lugar a que se produjeran dos debates públicos en que cada grupo expresó su opinión.

6. En ambos casos hube de recordar, como portavoz de AP, la indudable relación entre el avance del terrorismo y la degradación del orden público en general y hechos públicos anteriores que comprometen gravemente la responsabilidad del Gobierno: la amnistía indiscriminada, incluso a terroristas reincidentes; la increíble situación de las prisiones españolas; el desarme jurídico del Estado, etcétera.

7. Por supuesto que todos nos equivocamos y no es mi propósito entrar en polémica con el señor Martín Villa sobre nuestros respectivos errores y aciertos. Dejo a la opinión pública el juicio de cuándo estuvo mejor garantizado el orden público y la confianza y mejor respaldados sus beneméritos defensores.»

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