La semana acabó con bajas

El aburrimiento total ha sido el signo de toda la semana en la Bolsa. Las vacaciones estivales han restado el poco interés que el mercado tenía meses atrás y las sesiones se repiten sin que haya nada que contar que merezca la pena.Las órdenes que aparecen y que se realizan son de pura inercia y ponen de relieve la no existencia de un mercado real de capitales. Los cambios se fijan en pocos segundos, con muy pocas operaciones en curso.

Esta semana ha sido de bajas más o menos generales, así como la pasada fue de alzas. En los dos casos, los márgenes son muy estrechos y poco significativo...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El aburrimiento total ha sido el signo de toda la semana en la Bolsa. Las vacaciones estivales han restado el poco interés que el mercado tenía meses atrás y las sesiones se repiten sin que haya nada que contar que merezca la pena.Las órdenes que aparecen y que se realizan son de pura inercia y ponen de relieve la no existencia de un mercado real de capitales. Los cambios se fijan en pocos segundos, con muy pocas operaciones en curso.

Esta semana ha sido de bajas más o menos generales, así como la pasada fue de alzas. En los dos casos, los márgenes son muy estrechos y poco significativos por tanto. El volumen de acciones contratado en los cuatro días hábiles de la semana no ha sobrepasado los trescientos millones de pesetas nominales. El predominio de bajas se ha centrado en los valores punteros de cada grupo. Bancos, eléctricas, alguna constructora, alguna química y monopolios.

Al cierre de la semana el panorama que quedaba para el próximo martes era idéntico al de días anteriores. Pocas órdenes por cumplimentar, cierto predominio del papel que parece anunciar nuevas sesiones de descensos y aburrimiento generalizado. Esta será la tónica de todo el mes y habrá que esperar tiempos mejores en los que la sesión tenga algo sustancioso que contar.

Archivado En