Tribuna:

Independencia de la Federación

El tema de los extranjeros, que parecía presentarse como protagonista ante la próxima asamblea general de fútbol español, puede muy bien quedar minimizado por la propuesta del Atlético de Madrid en el sentido de que los directivos de los clubs no lo sean de la Federación. Por primera vez uno de los clubs «grandes» quiere dar el gran paso.El caso de los extranjeros aún cabría discutirlo, pese a la mala situación económica general, y el olvido que su entrada indiscriminada supone de la cantera. Sólo podría pasarse si los jugadores fichados tuvieran siempre una gran calidad y no se desorbitaran l...

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El tema de los extranjeros, que parecía presentarse como protagonista ante la próxima asamblea general de fútbol español, puede muy bien quedar minimizado por la propuesta del Atlético de Madrid en el sentido de que los directivos de los clubs no lo sean de la Federación. Por primera vez uno de los clubs «grandes» quiere dar el gran paso.El caso de los extranjeros aún cabría discutirlo, pese a la mala situación económica general, y el olvido que su entrada indiscriminada supone de la cantera. Sólo podría pasarse si los jugadores fichados tuvieran siempre una gran calidad y no se desorbitaran los precios, algo casi imposible. Pero la reivindicación ya vieja de que el fútbol español funcionaría mejor sin el mangoneo de los clubs en su máximo organismo no debe estar sujeta a debate.

El problema es que los propios clubs no quieren perder sus prebendas directas para manejar sus intereses y Porta prefiere tener controlados a sus «enemigos» en casa. El presidente, que es muy hábil como ya ha demostrado muchas veces, no quiere otra asociación de clubs como la de futbolistas, pues bastantes quebraderos de cabeza le está trayendo ésta. Su razón expuesta en la ya habitual cena preparatoria de la asamblea -otra muestra de su diplomacia- no tiene peso. Nunca puede compensar una posible desconexión entre clubs Y federación -entre otras cosas porque sí tendrían sus representantes- el que decidan en la propia federación hombres de los clubs. Cada uno en su casa y sólo Dios en la de todos.

El miedo a las, transiciones ya no lo es tanto en la España de hoy tras el ejemplo político. Porta no debería tenerlo a cambios positivos. Sólo la independencia, y sobre todo, cara al Mundial 82,daría fuerza a la Federación de todo el fútbol español. Los clubs grandes y más aún los pequeños deberán decidir contra el absurdo establecido. Aunque tarde, hora es ya de que entren aires limpios. Que se puedan olvidar, así, casos tan lamentables como el último «rapto», hace unos meses, del jugador del Rácing de Santander, Marcos. El vicepresidente de la Federación, presidente también -aunque por carambola- del inútil comité de fútbol profesional, -también formado por los mismos clubs- se lo llevó de la concentración nacional juvenil, porque a su vez es el presidente del Rácing. El club lo «necesitaba» más que la selección. Entonces quedó escrito. No se puede ser juez y parte para el propio interés. Hay que acabar con esto.

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