Los astilleros españoles estarán al 30% de su capacidad a finales de año

Al finalizar el año el grado de utilización de los astilleros españoles será inferior a la tercera parte de su capacidad total de producción. En estos momentos, al término del primer semestre del año, los astilleros del país se encuentran en unos niveles de utilización de sólo el 65% y con trabajo para pocos meses más.El planteamiento de la reestructuración del sector, que se lleva demorando desde hace bastantes meses, ha experimentado modificaciones importantes en el transcurso del tiempo. Si hace todavía unos meses se seguía manteniendo la pretensión de reducir la capacidad de los astilleros...

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Al finalizar el año el grado de utilización de los astilleros españoles será inferior a la tercera parte de su capacidad total de producción. En estos momentos, al término del primer semestre del año, los astilleros del país se encuentran en unos niveles de utilización de sólo el 65% y con trabajo para pocos meses más.El planteamiento de la reestructuración del sector, que se lleva demorando desde hace bastantes meses, ha experimentado modificaciones importantes en el transcurso del tiempo. Si hace todavía unos meses se seguía manteniendo la pretensión de reducir la capacidad de los astilleros del país en un porcentaje del orden del 35 %, ahora los responsables de la Administración parecen orillar cualquier solución que provoque reducciones de plantilla -Inevitable secuela de cualquier reducción de capacidad- ante el riesgo de serios problemas políticos y sociales. No es ajeno el Gobierno al hecho de que la industria naval se encuentra localizada en tres zonas geográficas muy conflictivas en potencia, como son el "País Vasco, Galicia y Cádiz.

La capacidad española de construcción de buques es de 1,6 millones de toneladas de registro bruto anuales, y para tener una idea de la gravedad de la situación baste decir que desde el año 1974 los nuevos pedidos que han llegado a los astilleros están por debajo del medio millón de toneladas al año. En 1977 los nuevos pedidos ascendieron a 299 000 toneladas de registro bruto y en el primer semestre de este año la contratación ha sido prácticamente nula.

El mantenimiento de los niveles de actividad del sector en límites incluso razonables se hace bastante difícil de cara al futuro, por muchas medidas que se tomen de potenciación de la demarida interior. Una de las posibilidades existentes es la de corregir el déficit de la balanza de feltes del país, incrementando la participación de la marina mercante española en el transporte de productos hacia o desde nuestro país al exterior. En algunos sectores, la cobertura del transporte es bastante baja. En carga general sólo el 18% de las mercancías que son objeto de tráfico se realiza con barcos abanderados en España. En cemento, el porcentaje de cobertura es del 27%, a pesar de tratarse de un mercado típico de la exportación española. En el sector químico, el arado de cobertura es aún más pequeño, de solamente el 6 %, y en soja, del 35%. La corrección de estas anomalías podría dar origen a una cierta ordenació n del sector de la marina mercante española siempre que las empresas navieras, algunas de las cuales son propiedad del Estado, contaran con los incentivos suficientes para un mayor equipamiento de sus flotas.

Existe cierto pesimismo en cuanto a las posibilidades de que esta política de activación de la demanda interna por medios artificiales pueda lograr la recuperación del sector de la construcción naval.

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