Nuevo intento por legislar la transferencia tecnológica

Hace 48 horas se inició en el marco de la UNCTAD, la sexta sesión preparatoria que reúne a expertos de setenta países en busca de un acuerdo que permita la implantación de un Código Internacional de Transferencia Tecnológica. La idea de legislar universalmente sobre esta materia surgió en la IV UNCTAD, celebrada en Nairobi en 1975, oportunidad en la que se acordó abordar este tema, a pesar de la «falta de entusiasmo» de los países industrializados exportadores de tecnología.

El Grupo de los 77, o países en desarrollo, autores de la idea del Código de Transferencia Tecnológica, aspiran a...

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Hace 48 horas se inició en el marco de la UNCTAD, la sexta sesión preparatoria que reúne a expertos de setenta países en busca de un acuerdo que permita la implantación de un Código Internacional de Transferencia Tecnológica. La idea de legislar universalmente sobre esta materia surgió en la IV UNCTAD, celebrada en Nairobi en 1975, oportunidad en la que se acordó abordar este tema, a pesar de la «falta de entusiasmo» de los países industrializados exportadores de tecnología.

El Grupo de los 77, o países en desarrollo, autores de la idea del Código de Transferencia Tecnológica, aspiran a poner fin, o al menos regular, el monopolio de la comercialización de la tecnología en el mundo que, como se ha constatado en innumerables estudios «no tiene límites ni en cuanto a los costos ni en cuanto al sometimiento de una gran mayoría de países, por unos pocos», que son los propietarios de este denominado «producto invisible», uno de los más caros del mundo.Los expertos reunidos en Ginebra, debieran teóricamente durante la actual sesión negociadora, dejar redactado un texto final para su aprobación en la plenaria de alto nivel que debe celebrarse en octubre, a la que asistirán delegados de todos los países miembros de la UNCTAD.

Sin embargo, las aspiraciones de los países en desarrollo, se estrellan -según sus mismos expertos- con la falta de «voluntad política» de los países occidentales poseedores de alta tecnología que, con algunos matices, consideran positiva esta convención internacional, pero siempre y cuando se dé el margen necesario para que cada país la aplique en conciencia. Entre los países occidentales con posiciones más flexibles figuran Suecia, Dinamarca, Holanda y algunos otros. Entre los más duros, Alemania Federal y Estados Unidos.

En las cinco reuniones que antecedieron a la actual, los países tercermundistas ni siquiera habían logrado, y de hecho no lo han logrado hasta ahora, imponer su criterio en cuanto a que los contratos de venta de tecnología expiren en el instante de su firma y pago, y no se prolonguen en el tiempo a través de la imposición de cláusulas que o ligan a los países importadores de tecnología a comprar a los países exportadores de esta.

Cabe recordar finalmente, que la V Reunión de expertos terminó con una sesión nocturna que tuvo características de una asamblea política a nivel internacional en donde abundaron las acusaciones y denuncias de los países del Grupo de los 77, en contra de los del Grupo B, o países industrializados.

Este fracaso previsible, de no modificar algunos países su posición, se sumaría a otros que se registraron durante el año 1977, como fueron los frustrados empeños por establecer un Fondo Común Regulador de las Materias Primas en el Mercado Internacional, el diálogo Norte-Sur, las reuniones para la renegociación de la deuda externa entre los países desarrollados y en desarrollo, y otros.

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