Profundas divergencias en la izquierda "abertzale"

El diputado Francisco Letamendía, que encabezó la lista de Euskadiko Ezkerra por la provincia de Guipúzcoa, ha planteado abiertamente, a través de un extenso artículo publicado en el diario Egin, la posibilidad de abandonar su escaño como una última y radical denuncia del actual proceso de reforma política.La crítica que hace del sistema parlamentario que se pretende instalar abarca también a la oposición reformista de izquierdas e incluso a su propio partido (EIA), cuya política es calificada de poco homogénea, al asumir posiciones de enfrentamiento y denuncia en el Parlamento, al mism...

El diputado Francisco Letamendía, que encabezó la lista de Euskadiko Ezkerra por la provincia de Guipúzcoa, ha planteado abiertamente, a través de un extenso artículo publicado en el diario Egin, la posibilidad de abandonar su escaño como una última y radical denuncia del actual proceso de reforma política.La crítica que hace del sistema parlamentario que se pretende instalar abarca también a la oposición reformista de izquierdas e incluso a su propio partido (EIA), cuya política es calificada de poco homogénea, al asumir posiciones de enfrentamiento y denuncia en el Parlamento, al mismo tiempo que colabora con la reforma a través del Consejo General vasco.

Las dificultades por las que atraviesa el diputado guipuzcoano en el seno de EIA desde el último congreso le llevan a sentirse prácticamente excluido de toda actividad organizativa e incluso del propio partido, aunque señala que «esto no puede concebirse como un adiós, sino como un hasta luego».

Escribe Letamendía que una actitud consecuente de denuncia debe comprender incluso la posibilidad de expresarla a través de un escaño vacío, y por eso somete su continuidad en el Congreso a la decisión del pueblo vasco. Pero, en todo caso, precisa que su posible renuncia no dejaría el escaño vacante, ya que lo ocuparía el siguiente candidato de la lista, Patxi lturrioz, que pertenece al Movimiento Comunista de Euskadi (EMK).

A partir de la crítica a su propio partido, el diputado vasco plantea la necesidad de un decantamiento de toda la izquierda abertzale, de forma que en un futuro próximo pueda estructurarse en dos únicas fuerzas de ideología socialista y comunista.

Esta propuesta de convergencia parece congruente para muchos de sus propios protagonistas, pero la práctica política diaria resulta más propicia a las separaciones y a los enfrentamientos, como si la herencia de las escisiones de ETA pesase irremediablemente sobre los partidos que han asumido muchos de sus postulados.

La unidad se presenta, en todo caso, muy lejana a la vista de la proliferación de siglas en la izquierda abertzale, en cuyo ámbito se mueven seis organizaciones.