Cartas al director

Conducir en Pascua

Llegué ayer a Madrid, después dé unos cortos y anticipados días de descanso en un pueblo de Granada, y tanto en el viaje de ida, como de vuelta, pude observar hasta qué grado existe inconsciencia en algunos conductores. Por un lado, en Despeñaperros nos encontramos con un camión de carga que más que esto parecía un coche de competición en mitad de una carrera, pues al parecer, para él no existían ni curvas ni otros vehículos y debía encontrar de lo más natural ir a más de 110 Km/h. en una carretera bastante peligrosa. También tuvimos la desgracia de encontrarnos con dos utilitarios que no sé s...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Llegué ayer a Madrid, después dé unos cortos y anticipados días de descanso en un pueblo de Granada, y tanto en el viaje de ida, como de vuelta, pude observar hasta qué grado existe inconsciencia en algunos conductores. Por un lado, en Despeñaperros nos encontramos con un camión de carga que más que esto parecía un coche de competición en mitad de una carrera, pues al parecer, para él no existían ni curvas ni otros vehículos y debía encontrar de lo más natural ir a más de 110 Km/h. en una carretera bastante peligrosa. También tuvimos la desgracia de encontrarnos con dos utilitarios que no sé si porque iban juntos o por que estaban «picados» se perseguían a una velocidad bastante superior a la del resto de los coches, y adelantaban tanto si estaba permitido como si había línea contínua, con visibilidad o sin ella. Si estos conductores no tienen respeto por su propia vida, es problema de ellos; pero sí que tendrían que tener en cuenta que con su actitud muchas veces no sólo están poniendo en peligro su vida, sino también la de muchas otras personas que conducen prudentemente.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En